Durante los años en que gobernó la caja, tuvo que repartir a diestro y siniestro con las llamadas tarjetas Black a unos consejeros que miraban para otro lado mientras dilapidaba los dineros de los impositores, con el descaro del señorito andaluz que se creía dueño y señor de los dineros de Caja Madrid, y la llevó a la ruina con compras sospechosas como la del Banco de Miami.
Una oscura operación donde se movieron cientos de millones en comisiones que aún no se han determinado quizá porque en el reparto hay determinados personajes que no deben salir a la luz, no sea que nos llevemos sorpresas.
Ayer nos informaron que quizá se había suicidado, después de desayunar con sus amigos previo a una cacería en su finca cordobesa. Vamos, que se pegó un tiro, en el pecho, con un rifle de caza mayor. No me cuadra y veo una conveniencia en que no tire de la manta ya para enriquecerse debió tener cómplices poderosos que trincaron y luego se asustaron cuando empezó a correr la versión de que estaba dispuesto a tirar de la manta.