El absurdo y el esperpento lo cubren todo en España. No teníamos bastante con la política, que la idiotez y la gilipollez se extiende a casi todos los aspectos de la vida cotidiana. No me parece mal que un grupo de snobs con pretensiones e ínsulas de sentirse diferentes y que creen tener una sensibilidad especial, se reúnan una vez al año para admirar y comprarse entre ellos, eso que denominan como arte y que a mí me parece una autentica tomadura de pelo de dudoso gusto. Creo que el arte es otra cosa, pero claro, yo carezco de esa sensibilidad especial que otros creen tener. Cada uno con su dinero puede hacer lo que quiera, lo que le de la gana. Incluso la de llevarse a casa el retrato de 24 delincuentes, entre los que destacan malversadores de fondos públicos, golpistas, algún que otro maltratador de mujeres embarazadas, un terrorista e incluso un asesino. Esto no pasaría de la anécdota, de la tontería realizada por un multimillonario marxista, en un acto que podría calificarse de excéntrico, si no fuera, porque el multimillonario es el fundador, junto con Jaume Roures de la empresa Media Pro, dueños de la cadena televisiva “la secta” y del diario “púbico”. Diario que tuvo que ser cerrado por inviable y con el despido masivo de sus trabajadores. Vemos como para estos multimillonarios marxistas, es más importante la adquisición de los retratos de los delincuentes, que el de pagar a sus trabajadores.
La “obra” en cuestión costo 96.000 euros IVA incluido, que el susodicho no tuvo empacho en soltar rápidamente y en hacerlo público, como queja de que alguien en IFEMA sugirió que “la obra” fuera retirada por considerarla ofensiva. No deja de llamarme la atención, la facilidad que tiene la izquierda y los separatistas para soltar grandes e ingentes cantidades de dinero. Fianzas millonarias, caprichos excéntricos, viajes a Suiza, Bélgica o Venezuela son pagados sin remordimiento alguno. Se ve que ser de izquierdas o separatista facilita mucho el acceso al dinero. Lástima que sea gastado en estas cuestiones y no en aportaciones para las pensiones, la mal nutrición infantil o la pobreza energética, cuestiones que según nos dicen son prioritarias para este sector ideológico español, pero que a la hora de la verdad, la preocupación termina, cuando acaba la manifestación o concentración de toque en cada momento.
No sé qué tipo de enfermedad mental, no sé como de podrido debe de estar el cerebro de un hombre, como para gastarse 96.000 euros en llevarse las fotos de 24 delincuentes a su casa. Lo que si tengo claro, es la catadura moral del “artista” y de todos aquellos mierdas, empezando por nuestra alcaldesa de Madrid, que ven arte, allí donde solo existe degeneración, insulto y mal gusto. Puedo llegar a comprender que alguien confunda un extintor colgado en la pared como expresión máxima de la belleza, o incluso que desee adquirir a cualquier precio, un vaso de agua medio lleno, como les he dicho, la “tontuna” humana es infinita, inagotable, pero querer hacernos ver, querer convencernos de que 24 fotos mal hechas de asesinos, maltratadores, golpistas y terroristas es arte, entra dentro de la degeneración, de la maldad y de la imposición de las nuevas teorías de ingeniería social que pretenden que aceptemos como normal, cosas y hechos que no lo son.
La falsa polémica creada con esta “obra”, nada tiene que ver con la libertad de expresión y si mucho con los nuevos cánones que nos son impuestos, forma parte de lo que debemos considerar como políticamente correcto.