Después de dirigir como Director Financiero numerosas pymes y empresas familiares de distintos sectores y participar en muchos comités de dirección, cada vez tengo más claro el perfil y rol del director financiero, que puedo definirlo como un estratega analítico y riguroso con capacidad inversora.
- Estratega. Debe conocer perfectamente la organización y ser un hábil negociador, no sólo con entidades financieras, sino con los distintos directores de áreas (comercial, tecnología, recursos humanos, producción, marketing, compras…), así como con el Director General o CEO de la empresa. Debe pensar en el largo plazo y conducir la compañía por la senda de la rentabilidad y la liquidez, nada sencillo en un mercado que cambia a una velocidad de vértigo y una decisión no acertada puede poner en riesgo la empresa.
- Analítico. Debe basar la toma de decisiones en un riguroso control de gestión y planificación presupuestaria con datos actualizados. El éxito de un sistema de control no sólo consiste en detectar desviaciones, sino en hacerlo lo antes posible (si no tenemos control no tenemos empresa). Debe ser hábil en definir los indicadores de rendimiento (KPI’s) claves de la organización, pues con los sistemas actuales podemos tener acceso a todo tipo de información, así como en concretar los objetivos de los controllers y contables de la empresa.
- Inversor: La clave de toda inversión es maximizar la rentabilidad, con el menor riesgo posible y la máxima liquidez. Estas tres palabras (rentabilidad, riesgo y liquidez) deben estar lideradas por el Director Financiero y encima de la mesa del CEO cada vez que la empresa vaya a acometer un proyecto de inversión por muy pequeño que pueda ser.
- Riguroso: Conocimiento suficiente de la norma contable y fiscal de forma que pueda interpretar los riesgos financieros y fiscales que tiene la empresa en cada momento. La excesiva regulación exige un buen conocimiento de la norma y una correcta interpretación que permita aprovechar las distintas alternativas previstas con el objetivo de tener ahorros de costes y una mejor imagen exterior, y como resultado, conseguir mayor competitividad.
Por tanto, si las funciones del Director Financiero siguen siendo las mismas, ¿por qué hablamos entonces del nuevo papel del director financiero?, ¿qué es lo que cambia entonces? Lo que realmente cambia son los pilares en los que el director financiero se apoya para poder realmente aportar valor a la compañía.
- Nuevas soluciones tecnológicas. Teniendo en cuenta que la tecnología es un medio y no el fin, podemos asegurar que la forma de trabajar ha cambiado, nos hemos acostumbrado a la inmediatez de la información y para ello es imprescindible contar con tecnología adecuada que nos dé información financiera, de gestión y operativa, veraz y multiforme que se adecue a nuestro modelo de negocios. Por consiguiente, el CFO debe mantenerse a la vanguardia de las nuevas tecnologías (ERP, CRM, BI, … como lo queramos definir) que nos deben proporcionar:
- Control exhaustivo de datos históricos y presentes.
- Información inmediata de lo que está ocurriendo en la empresa en comparación con lo presupuestado.
- Un modelo de KPIs para analizar de forma sencilla la evolución de nuestra compañía, maximizar el valor de la empresa y por consiguiente satisfacer las necesidades de los stakeholders.
- Automatización y robotización de tareas. Toda tarea repetitiva se debe automatizar.
- Velocidad de cambio. Entender la velocidad de cambio del mercado en el que opera la empresa es fundamental para una correcta toma de decisiones. La tecnología está transformando la forma de hacer negocios, se están modificando los procesos y el cliente tiene el poder total sobre la organización. Modelos de negocios rentables hoy pueden mañana no serlo, basta con mirar las empresas más capitalizadas del mundo hoy en día (Apple, Google, Microsoft, Facebook, Amazon) con las de hace 10 años (ExonMobil, General Electric, Microsoft, PetroChina, Shell) y ¿qué está ocurriendo en los mercados donde han aparecido estas empresas: Netflix, Uber, Spotify, Airbnb…? o ¿qué ha ocurrido en el sector bancario donde hace apenas 10 años en España operaban más de 70 entidades financieras que se han reducido a 11? y ¿qué va a ocurrir en este sector con la entrada de las Fintech (Lendix, Novicap, Grow.ly, Kantox, Finizens, 2gether.global…)?. Grandes preguntas para una interesante respuesta que nos dio Darwin en 1859: “te adaptas o mueres”.
- Liderazgo de equipo. Una de las tareas más difíciles de los CFO es encontrar realmente perfiles financieros, controllers y contables comprometidos con la transformación de la empresa, que realmente apuesten por el cambio y que tengan visión de futuro. La formación interna será clave en la evolución de las compañías.
- Mercado internacional. Toda compañía por pequeña que sea debe tener mentalidad internacional, y desde la dirección financiera se tienen que sentar las bases para que toda posibilidad de crecimiento no se vea frustrada por las barreras de entradas que puede suponer acceder a otro país con su cultura y normativa. El CFO debe liderar el análisis del retorno de la inversión que supone invertir fuera de nuestras fronteras y dimensionar el tamaño necesario de nuestra compañía para abordar proyectos con la suficiente garantía.
En resumen, podemos decir que el director financiero se ha posicionado como el principal impulsor en la empresa para liderar el cambio y debe ser el responsable de la búsqueda de soluciones tanto tecnológicas como financieras y responder al nuevo entorno económico en constante cambio.
Hoy en día, toda empresa debe contar con la calidad de un profesional a la altura de las empresas más capaces y fuertes del mercado, beneficiándose del conocimiento y experiencia de un director financiero de alto nivel, con visión general del negocio y gestión integral. Por ello desde MADOM ofrecemos este servicio de forma externalizada con el objetivo de que toda pyme, empresa familiar o startup pueda acceder a este servicio de alto valor añadido.