¿Qué escenario se quiere para ‘Euskal Herria’? ¿El de las leyes de punto y final de Argentina y las leyes de amnistía de El Salvador, Chile…? ¿O el de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Sudáfrica donde si un criminal contaba TODO lo que hizo y desvelaba TODA la cadena de mando, quedaba absuelto, pero si dejaba algún cabo suelto, podría ser condenado? El 8 de abril pasado, la organización terrorista ETA emitió un comunicado ‘pidiendo perdón’ como antesala del comunicado de disolución de hoy. Lamentablemente no hemos sido lectores, ahora tampoco, de un comunicado de rendición. Pero algo es algo.
El grupo terrorista habla de “décadas [en las que] se ha padecido mucho en nuestro pueblo: muertos, heridos, torturados, secuestrados o personas que se han visto obligadas a huir al extranjero”. Quienes trabajamos en derechos humanos sabemos que el dolor no es cuantificable y que el análisis cualitativo es necesario para entender cada “conflicto”, por utilizar la terminología de ETA; pero aportar datos cuantitativos (algo imprescindible en toda ‘comisión de la verdad’) ayuda. Así, si en El Salvador el Ejército y los paramilitares eran responsables del 90% de las muertes y en Guatemala de más del 95%, sabremos que ese conflicto con FMLN y URNG respectivamente fue muy diferente al de Perú con un 55% achacable a la guerrilla de Sendero Luminoso y un 45% al bando gubernamental. ETA no aporta ni un dato, quizá porque la proporción de sus asesinados —más de 800— y heridos causados (los grandes olvidados) —alrededor de 15.000— causaría vergüenza a quien la tenga si se compara con la causada por el Estado y grupos ultras. Entre 1983 y 1987 —el periodo más activo de la guerra sucia— los GAL asesinaron a 27 personas por 196 de ETA en el mismo periodo. Los terroristas tampoco hablan de los más de 200.000 exiliados a causa de ETA —casi el doble que los 120.000 provocados por la Guerra Civil—, los 42.000 amenazados, los 10.000 empresarios extorsionados…
El comunicado llega a decir que “Somos conscientes de que en este largo periodo de lucha armada hemos provocado mucho dolor, incluidos muchos daños que no tienen solución”. Que me digan qué daños sí tienen solución.
Pero a continuación viene lo peor: “ETA ha provocado también víctimas que no tenían una participación directa en el conflicto” (la negrita es de ETA). Aquí está su gran cinismo, víctimas que lo merecían y otras que no lo merecían. Salvo aquellas que manejaban explosivos y se les explotaban antes de llevarlas contra su objetivo, ¿qué víctima tuvo participación directa en el conflicto?
Este comunicado no es de perdón, es de justificación, por tanto es un nuevo ataque contra las víctimas del terrorismo. Las cartas de perdón/justificación es de lo más habitual entre los “grupos armados de oposición”, por utilizar el formato aséptico de Amnistía Internacional.
En 1999 tuve la oportunidad de conocer a Rodrigo Asturias, uno de los cuatro comandantes generales de la URNG. Esta ‘coalición’ de guerrillas —responsable ‘sólo’ del 3% de las masacres del conflicto armado guatemalteco según un estudio que realicé yo mismo cruzando datos de las dos comisiones de la verdad que hubo y mi propio trabajo de campo (Guatemala: los gritos de un pueblo entero, publicado por el Grupo de Apoyo Mutuo en 2000— acababa de ‘pedir perdón’ en un comunicado de dos folios. El segundo era de justificación. Yo le dije que eran dos asuntos diferentes y que por tanto debían ir en comunicados distintos. Que además si pedían un perdón sincero deberían dar datos de quiénes ordenaron y participaron en las 50 masacres de los grupos guerrilleros; que además así obligaba al Gobierno a un gesto similar para dar cuenta de las 1.050 masacres de las que había documentación.
En España la guerra sucia contra ETA está bastante esclarecida y combatida por el propio Estado de derecho. ¿Acaso ETA va a dar pistas de los más de 300 atentados sin resolver?
¿Qué escenario se quiere para ‘Euskal Herria’? ¿El de las leyes de punto y final de Argentina y las leyes de amnistía de El Salvador, Chile…? ¿O el de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Sudáfrica? En el país de Mandela, donde el gran líder del CNA evitó toda clase de venganza, la comisión trabajaba de un modo peculiar y ha sido todo un referente para las organizaciones de derechos humanos: si un criminal contaba TODO lo que hizo y desvelaba TODA la cadena de mando, quedaba absuelto. Pero si dejaba algún cabo suelto, podría ser condenado. O se contaba todo o no se contaba nada. Por tanto quien se callara se arriesgaba a ser delatado en el testimonio de otro.
¿Qué opinan esos ‘observadores internacionales’ del ‘proceso de paz’ pagados con dinero de no se sabe quién? Supongo que admirarán más a Mandela que a Pinochet o Videla.
El cinismo de ETA llega a concluir que “a nadie se le puede forzar a decir lo que no piensa o siente”. Pues han estado 50 años forzando a salir del País Vasco y Navarra a los que no piensan lo mismo que ellos, han obligado a pagar a empresarios aunque no tuvieran sentimientos nacionalistas…
Al menos coincido en algo con el nefasto comunicado: “Nadie puede cambiar el pasado, pero una de las cosas más perjudiciales que se podría hacer ahora sería intentar desfigurarlo o [sic] ocultar determinados episodios”. Pero en cambio ya está en marcha un mecanismo impulsado por EH Bildu —y no son los únicos— de auténtico revisionismo histórico y de negacionismo de lo evidente. ¿La reconciliación en Alemania en 1945 habría sido mejor si en lugar de un puñado de revisionistas nazis éstos hubiesen sido mayoría y aquí paz y después gloria?