La tenencia y el uso de una tarjeta de crédito vinculada a nuestro banco es algo habitual, pero cada vez más se está ofertando un nuevo producto, similar pero con matices que pueden ser importantes. Es el momento de conocer las ventajas de las tarjetas sin cambiar de banco.
¿Qué es una tarjeta sin cambiar de banco?
Son tarjetas que se pueden obtener sin necesidad de ser cliente de una nueva entidad bancaria. Estas tarjetas pueden ser de crédito o de prepago, por lo que se convertirán en formas de financiación o formas de pago, respectivamente. En ambos casos podremos hacer nuestras compras de manera habitual, y además, si son de crédito podremos hacerlo aunque en ese momento no tengamos saldo en nuestra cuenta, hasta el importe máximo que tengamos contratado.
¿Quién emite este tipo de tarjetas?
Hay dos tipos principales de emisores de tarjetas de crédito sin cambiar de banco, por un lado están las propias entidades financieras y por otro las grandes superficies.
- Grandes superficies. En este grupo están empresas como Eroski, Iberia, Corte Inglés, Carrefour, Cepsa y Repsol, entre otras. Algunas de estas tarjetas sólo te permitirán realizar compras en sus establecimientos o en los establecimientos asociados, este es el caso de la tarjeta de El Corte Inglés, que actualmente permite realizar compras en su establecimiento y en las gasolineras de Repsol, Campsa y Petronor. Otras son tarjetas de crédito que te permiten realizar pagos en cualquier establecimiento.
- Entidades bancarias. Emitidas por entidades bancarias. Bankinter, Barclays, Evo, BBVA y muchas otras ofrecen este tipo de producto, habitualmente bajo marcas filiales, como Bankintercard, Evo Finance o WiZink.
¿Qué ventajas tienen las tarjetas sin cambiar de banco?
Las ventajas de este producto son varias:
- Medio de pago alternativo. El uso de las tarjetas está muy extendido y normalmente no hay ningún tipo de problemas en su uso, pero en algunas ocasiones el sistema informático del vendedor rechaza la tarjeta, ya sea por un problema técnico o por cualquier otra razón. Si estamos en el supermercado puede ser un simple inconveniente, pero si estamos intentando pagar un billete de avión con urgencia en el extranjero se puede convertir en un verdadero problema. Disponer de una segunda tarjeta nos dará un medio de pago alternativo a la tarjeta habitual.
- Aumento del crédito. Dependiendo de las condiciones de la tarjeta, podremos de disponer de una cantidad a crédito adicional a la que habitualmente tenemos, por lo que en un momento puntual podremos tirar de ella sin necesidad de realizar ninguna otra operación.
- No vinculación. Este tipo de tarjetas no exigen otra vinculación con el banco o la entidad que las emite, no hay que contratar otra cuenta, cambiar de banco ni ningún otro servicio, por lo que la contratación se realiza de manera más sencilla.
- Independencia del banco donde está la cuenta. Así podremos prescindir de cualquiera de los dos, banco o tarjeta, de forma independiente o realizar cambios que no afecten al otro producto. Esto implica también que nuestro banco no nos cobrará ningún tipo de comisión por el uso de la tarjeta externa, y sus cargos se gestionarán como si se tratara de un recibo más.
- Bonificaciones, puntos y descuentos. Muchas de estas tarjetas en las que no es necesario cambiar de banco tienen un componente de fidelización, y permiten obtener puntos, descuentos y bonificaciones al realizar los pagos con sus tarjetas, a veces, solo de sus propios productos y otras veces, independientemente de dónde se hagan los mismos. Este es el caso de la tarjeta Repsol más Visa, que ofrece un descuento directo de 3 a 5 céntimos por litro dependiendo del tipo de carburante, y un descuento de un 5% en las compras que se hagan en su tienda. En el caso de la tarjeta de crédito de Wizink se pueden obtener descuentos de hasta el 30% en muchas tiendas de moda, alimentación y agencias de viaje, entre muchas. También ofrece un seguro gratis de compras contra accidentes y uno de asistencia en viaje 24 horas.
- Sin cuotas. En algunos casos, la tarjeta no tiene ningún tipo de comisiones, lo que nos permite disponer de esta tarjeta adicional sin coste.
¿Qué desventajas tienen las tarjetas sin cambiar de banco?
Pero claro, todo no van a ser ventajas, y el uso de las tarjetas no vinculadas o sin cambiar de banco también puede tener desventajas.
- Mayor endeudamiento. La opción de tener un crédito superior, sumado al de la tarjeta principal, puede ser una ventaja ya que nos permite disponer de una cantidad superior en caso de emergencia, pero también puede ser una desventaja. No todo el mundo gestiona su límite de crédito de forma eficiente, y un aumento del endeudamiento familiar por el gasto descontrolado bajo la premisa de que “tengo saldo en la tarjeta” puede generar a medio plazo situaciones difíciles de solucionar.
- Letra pequeña. En todos los contratos hay letra pequeña, y a veces esas tarjetas gratuitas lo son solo durante el primer año y después se generan distintas comisiones o gastos, ya sean por administración o por la propia renovación de la tarjeta.
¿Qué requisitos tengo que cumplir para solicitar una tarjeta sin cambiar de banco?
- Ser titular de una cuenta en una entidad de crédito. En dicha cuenta se realizarán los cargos de las compras que realicemos, por lo cual es el primer requisito imprescindible.
- Mayoría de edad. Al límite de la edad se suele unir de forma habitual la necesidad de residir en territorio nacional.
- Ingresos suficientes. Este es el elemento más importante. Es necesario poder demostrar que se tienen ingresos suficientes y regulares para poder hacer frente a los cargos de la tarjeta sin incurrir en demoras. La cantidad de ingresos que se pueda demostrar condicionará de forma directa el límite del crédito que podemos obtener de la entidad.
- No estar en listas de morosos. Estar inscrita en alguna de estas temidas listas será un impedimento para poder obtener la tarjeta.
En resumen, tener una tarjeta sin cambiar de banco puede darnos muchas ventajas si somos capaces de gestionar responsablemente nuestros gastos habituales.