Y es que, la aplicación de las luces LED en grandes áreas de cultivos de tomates y pepinos permite aumentar la producción en torno a un 30% con un ahorro superior al 50% en el consumo de energía eléctrica. Además, de la anterior, que es más que significativa, la aplicación de la tecnología LED en la horticultura evita que las plantas se quemen, sequen o deshidraten debido a su baja producción de calor.
Lo que se pretende, por lo tanto, con la aplicación de luminarias LED a la horticultura no es otra cosa que sustituir al Sol en aquellos lugares del planeta que cuentan con pocas horas de luz solar o con duros y largos inviernos, facilitando con ello el proceso fotosintético de las plantas.
Y dado que desde hace ya algunos años los distintos medios vienen alertando de que con el ritmo de crecimiento de la población mundial actual no serán suficientes los recursos alimenticios con los que se cuenta en la actualidad, toda tecnología que permita una mayor producción, será bienvenida y si con ello se consigue un enorme ahorro, mejor que mejor.
Por lo tanto, y como indican desde SubeLed “la tecnología LED ha llegado para quedarse y, a día de hoy, forma parte de grandes avances científicos y tecnológicos, algo que parece que continuará en el futuro”.