Sin duda alguna, los peores engaños con los que nos han inoculado son los que han permitido crear una realidad paralela anti constitucional y anti democrática, de base racisto-supremacista. Es la que aflora cada vez que se habla del encaje de “Cataluña” en España, de la relación o negociación de Cataluña con España, y otras felonías. Primero, España es un Estado unitario de ciudadanos, no un puzzle de territorios unidos. “España” son personas soberanas por encima de todo, y no tienen que auto encajarse en nada. Segundo, las divisiones administrativas, insisto, administrativas, dónde residen la mayoría de los españoles no son DE España, sino que son España. Más claro, Vascongadas o la Cataluña Ibérica, realidades geográficas, no pertenecen más que a los españoles, todos, y son España. Y eso será así mientras rija la Constitución democrática de 1978, y sólo se podría cambiar democráticamente.
A partir de ahí, excuso decirles lo ridículo y felón que resulta comparar cualquier Consejo de Gobierno Regional con el Gobierno de la Nación. Observen, además, que son, legalmente, Consejos de Gobierno, no Gobierno. El Gobierno de la Nación, el único capacitado para tener Ministros, por ejemplo, es el último y máximo defensor/protector de todos los españoles, vivan donde vivan, y los Gobiernos regionales, parte operativa del Estado, le son subordinados. Todo lo demás es puro engaño.
Desgraciadamente, los Gobiernos de la Nación han abdicado de sus obligaciones y sido cómplices de la instalación de una ficción letal, cómo que España sería un conjunto de territorios y que ciertos territorios serían cuasi Estado. Una ficción letal que se puede llevar por delante la prosperidad, libertad y democracia de los españoles por delante.
Si (
No(
