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NOVEDAD EN PENÍNSULA

“El naufragio”, de Lola García: la crónica de un barco a la deriva navegando en un mar de dudas

“El naufragio”, de Lola García: la crónica de un barco a la deriva navegando en un mar de dudas

· Por Mariano Velasco

En plena celebración del juicio por el “procés” en el Tribunal Supremo, qué mejor momento para recomendar una lectura como “El naufragio. La deconstrucción del sueño independentista” (Ed. Península), una muy completa e imprescindible crónica de lo sucedido en Cataluña en estos últimos años escrita por la periodista Lola García, directora adjunta de La Vanguardia. Se trata de un objetivo relato periodístico de uno de los acontecimientos políticos sin duda más trascendentales de la historia moderna de España, a través del cual el lector podrá conocer los hechos más significativos de lo que claramente ha sido una larga travesía hacia el naufragio, aventurar hacia dónde se dirige ahora la nave hundida si es que hay todavía posibilidad de rescate y, si no, entender al menos cuál fue el puerto de salida y cómo demonios comenzó todo este largo camino a la deriva en el que tantas cosas han ocurrido en tan corto espacio de tiempo.

El libro está plagado de impagables anécdotas más o menos significativas, unas muy reveladoras y otras más conducentes a dotar al relato de agilidad y amenidad, pero por encima de todo ello, si por algo sobresale el trabajo de Lola García es por su capacidad para revelar al lector una vertiente más ignorada del proceso, o al menos desatendida dado lo deslumbrante de los propios acontecimientos, y es aquella que tiene que ver con una debilidad de sus actores principales: la duda. Una duda que sume a todo lo ocurrido en un peligroso ambiente de incertidumbre que nos hace reflexionar sobre cómo unas decisiones tan trascendentes como fueron las que entonces se tomaron para el pueblo catalán y para toda España pudieron ser adoptadas con tanta ligereza y falta de convencimiento por unos dirigentes y “líderes” supuestamente preparados.

No obstante, ese sentimiento de duda, que se le revela al lector de forma abrumadora sobre todo en los últimos capítulos del libro, contribuye a la construcción de un relato que, desde un punto de vista estrictamente literario, gana enteros y engrandece a sus protagonistas como personajes y les confiere ese punto de humanidad, casi inesperado, que hace que el lector llegue, si no a simpatizar, si a empatizar con ellos en según qué situaciones.

Y ello sin perder en ningún momento el sentido de un discurso objetivo pero contundente al mismo tiempo, en el que por encima de empatías queda bien claro que todos los actores implicados actuaron rematada y desastrosamente mal una y otra vez, contribuyendo a que todo acabara como acabó. Afirmación válida tanto para quienes se posicionaron en el bando independentista - hoy inmersos en su mayoría en el procedimiento o judicial o huidos de la justicia - como para los que presentaron intransigente resistencia desde un Partido Popular que entonces ocupaba el Gobierno central desmesuradamente seguro de sí mismo. Tan poco queda hoy, por no decir nada, en la primera línea política del país de aquel PP después de la moción de censura y de la regeneración interna del propio partido, que parecería que hubieran pasado veinte años y, sin embargo, lo cierto es que todo sucedió antes de ayer.

Curiosamente, no deja de resultar paradójico que de los hechos narrados se desprenda que fuera precisamente el Gobierno de Rajoy la principal excepción a ese sentimiento de duda al que aludíamos antes, porque muchas serán las cosas que se le podrán reprochar al ejecutivo central de entonces, pero lo que parece quedar claro es que se mantuvo firme y contundente en sus decisiones de principio a fin sin variar ni un ápice su postura. Ahí lo deja la narración, haciendo una vez más gala de esa aludida y pulcra objetividad periodística, dejando en manos del lector suficientes datos como para que este decida por su propia cuenta si calificar tal comportamiento como virtud o defecto.

Resulta especialmente revelador de esa actitud dubitativa de quienes se supone han decidido emprender un trascendental camino con consecuencias para miles de ciudadanos un vertiginoso penúltimo capítulo, acertadamente narrado con la intriga e incertidumbre propias de una novela de acción. Se suceden los hechos en pocos días de aquel inolvidable mes de octubre: el 1-O, el “paro de país” del día 3, el discurso del rey, el anuncio de CaixaBank y el Sabadell de traslado de su sede (“Puigdemont confesaría a uno de sus fieles que, si tuviera que hacer una lista de enemigos de los que vengarse, los primeros serían los presidentes de CaixaBank y el Sabadell”), el intento de mediación de Íñigo Urkullu, la manifestación antisecesión del día 8 con la presencia de Mario Vargas Llosa y Josep Borrell y, por fin, el confuso y casi surrealista pleno del día 10 de octubre, después del cual la pregunta que todo el mundo se hacía era: ¿se ha declarado la independencia o no?

Pero las dudas e incertidumbres continuarán, y todo ello desembocará en la que el libro califica de “semana critica”, la del lunes 23 de octubre, en la que salta la sorpresa: Puigdemont está decidido a convocar elecciones. En ese punto es donde se recogen algunas de las declaraciones más significativas de las enormes contradicciones que asaltaban al líder independentista, quien confiesa a personas de su entorno que no desea acabar en la cárcel, baraja la posibilidad de pedir asilo en Bélgica y termina por recurrir a la famosa cita de los hermanos Marx en Sopa de Ganso: “no quiere ser presidente de Freedonia. Me niego a ir por el mundo repartiendo tarjetas de un República inexistente”. Justamente lo que ahora parece estar haciendo.

Las imprecisiones del proceso se vuelven a evidenciar en el relato que hace el conseller Santi Vila del ambiente previo a la reunión que Puigdemont convoca en el Palau con los principales líderes del independentismo para anunciarles su decisión de convocar elecciones y, por tanto, de dar marcha atrás: “El solemne Pati dels Tarongenrs no dejó de llenarse de corrillos políticos, asesores, periodistas afines y otros tertulianos y personajillos para mí hasta aquella tarde desconocidos y que, al parecer, formaban parte de la inteligencia del proceso…. Pocas corbatas, mucha mochila, jerséis y botellines de agua, ninguna formalidad… y mucho improvisado compadreo fueron el primer desengaño de una noche que se avecinaba decisiva”.

Sabemos bien que aquello no quedó así y que todavía estaban por llegar los últimos e improvisados cambios de ultimísima hora que, como consecuencia fundamental de la presiones recibidas por parte de los más radicales, condujeron al final que todos conocemos. Ello nos llevará a asistir a una nueva lección de surrealismo político en el histórico pleno del 27 de octubre, plagado de trampas para evitar la acción de la justicia, y cuyo resultado final, después de la aplicación del artículo 155 y tal y como afirma la autora, es que “ya no hay república, ni tampoco autonomía”.

Afirmación esta última válida por sí sola para justificar con creces el título de esta obra imprescindible y concluir que el proceso soberanista fue - qué duda cabe a estas alturas - un verdadero naufragio.

FICHA EDITORIAL:

Nº de páginas:256

Editorial:PENINSULA

Encuadernación:Tapa blanda

ISBN:9788499427225

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