Al escribir estas breves líneas en nuestro semanal encuentro con su paciencia, escuchamos que algún Partido regional de la Cataluña Hispana demanda a nuestro inenarrable Presidente de Gobierno eternamente en funciones que, para poder gobernar la democracia española, negocie …..el “documento de Pedralbes”!!! Pro memoria, recordaremos que dicho documento era un auténtico dislate, desde su posición de negociación de igual a igual entre un Gobierno regional y el Gobierno de España, hasta cargas de profundidad aberrantes contra la democracia española como dictarle a la Justicia lo que debe hacer hasta quitarme a mí , como a todos Ustedes, el derecho democrático a decidir sobre cuestiones patrias, sobre el bien común de los españoles todos. Y eso nos lleva a una reflexión sobre la ceremonia de la confusión en que se ha instalado nuestra Nación en este nuevo intento democrático, que deberíamos evitar, esta vez, que acabara en fallido, lo que la segunda república no consiguió.
Y nos parece que convertir la política española en un juego de espíritu frívolo y futbolero, entre izquierdas y derechas, o peor entre Partidos dizque de derechas o izquierdas, cuando los destructores reales de nuestra democracia nos llevan al colapso, es una gravísima irresponsabilidad al borde del abismo. Incluso se inventan Partidos de “extrema derecha “ (contra toda evidencia como ha dicho mi amigo Leguina), como el hombre del saco, para llevar la dialéctica política al nivel de la idiotez supina y para mangonear los espíritus simples. (Haylos, y en abundancia, gracias a lo que ha sido y está siendo la educación en España). Todo ello para convencer al votante que los enemigos de la democracia son “las derechas” (sic) que, evidentemente, en España son fachas y franquistas desde Don Pelayo. O Argantonio. (Algún joven se habrá tirado a la Wikipedia, gracias por leerme)
Pues opinamos que, en el actual momento, esta táctica y este engaño son irresponsables y muy peligrosos. Porque nuestra Nación sí debe protegerse contra los destructores de su democracia urgentemente. Y para ello se debe dejar muy claro quiénes son y por qué.
No es tan difícil. Por ejemplo, enemigos del bien común, que es la esencia nuestra democracia, son los racistas, son los que quieren discriminar entre españoles en cuanto a derechos civiles y libertades, creando españoles de primera y segunda, son los que no respetan el Estado de Derecho desde puestos de Estado, son los que pretenden que otros españoles más pobres les paguen privilegios, son los utilizadores del terrorismo de alta o baja intensidad, son los añorantes de la democracia aclamativa de Karl Schmitt…. ¿Se me entiende?
Una vez bien localizados, es el momento de plantearse los cordones sanitarios, como en cualquier democracia solvente. Y el momento de plantearse una pregunta clave: ¿Por qué, en España no ha sido posible un Gobierno de salvación nacional, como es de uso en las democracias sólidas, cuando los pilares del Estado son obscenamente atacados?