Juana Erice nos enseña un sencillo método para poder comunicar cualquier mala noticia e intentar que ambas partes salgan fortalecidas. Aunque no nos guste, a lo largo de nuestra vida, vamos a tener que comunicar malas noticias y es importante que aprendamos a hacerlo. Es muy difícil comunicar bien, y aún más lograrlo en un momento complejo en el que sabemos que va a cambiar la vida de una persona. No es lo mismo utilizar unas palabras u otras, prepararse o improvisar, tener una actitud constructiva o tener una actitud negativa, estar de pie que sentado, en un despacho o en el pasillo.
La clave es que si lo hacemos con cuidado, si lo hacemos bien, tanto el emisor, como la persona que reciba la mala noticia, podrán salir fortalecidos de la experiencia a pesar de la gravedad o dificultad que entrañe. Por eso, a lo largo de este libro aprenderemos un método sencillo y efectivo para comunicar una mala noticia con serenidad y con humanidad. Aprenderemos en qué palabras nos podemos apoyar para transmitir tranquilidad y fuerza, cómo alentar a quien las recibe y por encima de todo, cómo hacerle sentir que es capaz de afrontar su presente con valentía. Nuestra actitud y la forma en la que le guiemos será o más importante. Fruto de la experiencia, hay ayudas y consejos útiles para todas las situaciones.
El método propuesto por la autora tiene tres pasos que se aplican a ambas partes, la que da la mala noticia y quien la recibe. Pone el foco en analizar lo que sienten ambas y busca un territorio común en el que puedan entender lo que está sucediendo y, como consecuencia, crecer. Estas tres fases son: comprender lo que sucede, buscar soluciones y persistir hasta alcanzar lo deseado. De esta manera, descubriremos una nueva forma de entender las malas noticias y comprenderemos, algo que es muy probable que no conozcamos de nosotros mismos, la gran capacidad que tenemos de ayudar a otras personas cuando más lo necesitan.
Gracias. El arte de comunicar malas noticias con humanidad Juana Erice
Editorial Empresa Activa, 2019
153 páginas