Le diríamos al animoso Ábalos y a la no docta Lastra , de entrada y excusando la coloquialidad: “¡Uno, dicen…!”. Porque, en efecto se nos ocurren inmediatamente varios problemas políticos, de la polis, que se dan en la Cataluña citerior. Cómo esto es un breve billete, citemos tres, a vuela pluma. La imposibilidad de muchos de sus habitantes de que sus hijos estudien en el único idioma común constitucional de todos los españoles. La falta de seguridad para todos los habitantes derivada del ejercicio impune de la violencia totalitaria y de la existencia de una policía regional politizada. La deuda inasumible que hemos permitido en la región y que sacrifica mejor estado de bienestar a sus habitantes ( y en el resto de España)
Pero tal y como vamos conociendo a las luminarias que negocian con sediciosos convictos y por venir, nos tememos que tales problemillas políticos no son de su interés. Y como no nos la dan con queso, colegimos que lo que quieren convertir en problema político es el golpismo, la sedición violenta cual ensoñación, el totalitarismo supremacista, etc…
Dicho de otro modo, que el problema político es como NO aplicar la Constitución ni el Estado de Derecho sin que se note (demasiado, que nuestros altos tribunales son muy adaptables…).
Es aquí donde no conviene caer en la trampa saducea como osos deficientes, porque estaríamos destruyendo la esencia misma de nuestra convivencia democrática. Puede considerarse el secesionismo como problema político, como hizo Lincoln, pero ello no exime, sino que obliga a resolver todos los problemas jurídicos y de delincuencia previamente a su resolución “política” si es que la hay. Porque si no, el problema político mayor que se instala es el de un Estado fallido que no asegura a sus democráticos ciudadanos la protección y seguridad indispensables. El horror.
Y, que lo sepan, de manera oculta y no pública, a diferencia de lo que anunció el Doctor Sánchez, ya están soslayando el marco constitucional. No se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo….