La mayoría de las empresas necesitan un recurso económico, como el del acceso al crédito. Sin esta ayuda, muchas de ellas se verían imposibilitadas a crecer por no poder realizar inversiones provechosas o, en el peor de los casos, evitar la bancarrota y el cierre definitivo. Así mismo, la calidad de vida de las personas se vería gravemente perjudicada ante el temor de una urgencia o percance y no tener medios con los que afrontarlo.
Ambas estructuras, familia y empresa, son vitales para el desarrollo económico de cualquier país, y es obligación de sus gobiernos y entidades hacer todo lo posible para que se mantengan en posiciones de comodidad. El acceso al crédito, en este sentido, es fundamental.
Tipos de créditos posibles
Un préstamo no es otra cosa que un dinero solicitado a una institución o entidad determinada, agencia crediticia, Fintech, banco, institución comercial… Es la operación a través de la cual una entidad financiera ofrece dinero mediante un contrato específico que establece con el solicitante.
Existe una enorme oferta en este sentido, por lo que es aconsejable usar un comparador de prestamos personales para localizar aquel que mejor se adapte a las necesidades de cada peticionario. Las condiciones de concesión varían de un banco a otro, aunque en cantidades pequeñas no suele haber demasiadas diferencias ni demasiados impedimentos. La mayoría de los préstamos solicitados en 2019 han sido de cantidades entre 500€ y 5.000€, según datos del comparador de préstamos personales Kreditiweb.
Los tipos de préstamos más populares son:
Según su origen
Si lo otorga una institución bancaria, se trata de un crédito bancario, para lo cual es necesario celebrar un contrato mediante el cual se ofrece un dinero que puede ser utilizado para cualquier fin, usando toda la cantidad o solo parte de ella. En cualquier caso, se deberá devolver con una cuota mensual más los intereses.
Por su parte, el crédito hipotecario es una cantidad de dinero que otorga la entidad financiera y que se debe utilizar para la compra de una casa o terreno. En este caso, el banco exigirá una garantía, pues la cantidad será, como norma general, bastante elevada. Normalmente, esa garantía será el propio bien inmueble o finca que se adquiere.
Según el destino del dinero
Según el destino al que vaya dirigido el crédito, se distinguen también dos opciones. Por una parte, el crédito de producción o comercial, que es aquel que va dedicado a financiar campos productivos, como la ganadería, la industria, la agricultura, la pesca, los comercios y, en definitiva, cualquier actividad económica. Estos créditos también pueden ser usados para la compra de maquinarias, mano de obra, ampliar servicios, pagar a proveedores, etc.
El crédito de consumo, el otro destino posible, se refiere a aquellos que van dirigidos a cubrir necesidades de tipo personal o familiar, para la compra de un bien material o de un servicio, como comprar un coche, unas vacaciones, muebles o electrodomésticos para el hogar…
En cualquier caso, también existe la posibilidad de conseguir préstamos sin preguntas, ya que existe una web donde conseguir el préstamo o crédito deseado sin tener que contestar ninguna cuestión y sin dar explicaciones, de forma completamente personal y online. En prestamosonlineya.com, se localiza una Fintech que ofrece crédito al instante sin importar cuál sea el destino elegido para ese dinero.
Según el plazo
Los préstamos también variarán según el tiempo que se estime para ser devueltos. De este modo, se consideran créditos a corto y medio plazo a aquellos que permiten un periodo de devolución de entre 1 y 4 años. Mientras que, en los créditos a largo plazo, los intereses son mayores y el plazo de devolución puede alcanzar los 40 años, y nunca bajar de los 8.
Según la garantía de devolución
Para un crédito personal, se necesitará la garantía de un aval, persona que se comprometa a pagar en caso de que el deudor no pueda cumplir con la obligación contraída. En un crédito real, como es el caso de una hipoteca, el banco o acreedor principal podría ver saldada la deuda si la venta del bien cubre el préstamo concedido.