Pero la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa ha cambiado por completo esa filosofía, y el jefe del Ejecutivo no solo ha disparado el número de miembros que abarrotan la mesa del Consejo de Ministros, sino que los altos cargos en su conjunto se han disparado un 40 por ciento.
Desde la campaña electoral de 2011, con España en una situación muy delicada, al borde de la quiebra y con el fantasma del rescate al acecho, Rajoy prometió que metería la tijera en la administración porque sobraban «muchos organismos». Lo primero que hizo fue recortar el número de ministerios, y pasar de los 15, incluidas dos vicepresidencias, del último Gobierno de Zapatero a los 13, con una vicepresidencia.
El Gobierno de Rajoy pasó a ser el más reducido de la democracia, y el presidente encargó a su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, que acometiera una reforma integral de la administración pública para eliminar organismos innecesarios y reducir todos los gastos posibles.