www.elmundofinanciero.com

BUSCANDO EL DIALOGO Y UN AMPLIO CONSENSO

España Suma, ¿Quiénes se apuntan?
Ampliar

España Suma, ¿Quiénes se apuntan?

· Por Enrique Miguel Sánchez Motos, Administrador Civil del Estado

By Enrique Sánchez Motos
sábado 15 de febrero de 2020, 09:33h
Ya sé que este tema puede parecer un poco anticuado, pues no hay elecciones inmediatas previsibles en el horizonte electoral. No obstante, dado que la situación política es muy delicada e inestable, tanto a nivel nacional como autonómico, no cabe descartar la posibilidad de que, de forma imprevista, se convoquen elecciones en algún contexto. Por ello, es muy posible que esta pregunta se plantee de forma apresurada: España Suma, ¿quiénes se apuntan? Yo, yo, yo, yo. Y ¿usted? Yo no, yo tampoco, yo tampoco, yo tampoco.

Oigan ¿por qué no se apuntan a este proyecto? Fíjense, decimos ESPAÑA, ¿no se sienten Uds. españoles? Y, además, añadimos SUMA, no resta, es un enfoque muy constructivo. ¿Cómo es posible que Uds no se apunten a algo así? Perdón ¿cree Ud. que somos tontos? ¿Cree Ud. que, con apenas un título, le vamos a dar un cheque en blanco? Imagino que detrás de ese título, habrá unos partidos. ¿De qué partidos se trata? Si hay un mínimo de sentido común, lo primero que deberían hacer es sentarse en una mesa y ver en qué temas están, o no, de acuerdo y qué propuesta ofrecería España Suma al pueblo español.

No nos vengan con ridiculeces como la que hizo Albert Rivera cuando, contando con 57 diputados y el PSOE 123, podría haberle propuesto a Sánchez un gobierno de coalición (180 diputados), con la condición de volver a aplicar el 155 de forma firme y duradera en Cataluña. No lo hizo. No quiso ni reunirse con Sánchez, pero en septiembre de 2019, dos días antes de la convocatoria electoral, viendo lo mal que le iban las encuestas, se le ocurrió ir a verle, llevando la representación del PP, para ofrecerle el apoyo a la investidura con condiciones. Demasiado tarde, demasiado apresurado, demasiado ambiguo. Pedro Sánchez no lo aceptó, su investidura fue rechazada y convocó nuevas elecciones generales para el 10 de noviembre de 2019.

No vengan tampoco con ocurrencias, como hizo Ciudadanos que, tras su descalabro electoral del 10N, se había quedado tan sólo con 10 diputados. A principios de diciembre ofreció a Sánchez la “solución Arrimadas”, una alternativa "de 221 escaños", suma los diputados de PSOE (120), PP (89), Cs (10) y Navarra Suma (2) que facilitaría la investidura de Sánchez. El doctor Pedro le dijo que nones y se echó en brazos de aquellos con los que en la próxima campaña electoral había dicho que no contaría nunca (comunistas, independentistas, filoetarras). Así, el 7 de enero de 2020, fue investido Presidente del gobierno de España.

Por favor, señores líderes de los partidos políticos seamos serios. Aborden los temas claves. En 1978 aprobamos una Constitución para bien y para mal. Hoy nos hemos dado cuenta de que esa Constitución, de la cual se derivan también muchos logros, no ha dado lugar a la sociedad de “convivencia democrática” que propugna su preámbulo constitucional, lo que hace que muchos no estemos a gusto con ella y, en especial, del uso que de ella se ha hecho. Unos por la izquierda quieren reformarla profundamente para incluir el derecho de los territorios a su posible independencia. Otros por la derecha, consideran, por el contrario, que hay que reforzar sus tres primeros artículos (soberanía del pueblo español, unidad de España, y el español como lengua común) para lo cual hay que embridar a las autonomías, o hacerlas desaparecer. El independentismo catalán se siente exultante, continúa recibiendo fondos públicos y abriendo “embajadas” con el plácet del Presidente Sánchez. Es evidente que el secesionismo y las autonomías deben ser temas prioritarios de un programa común.

En 1978, la Constitución fue aprobada por una amplísima mayoría, en el marco del espíritu de reconciliación y de superación de la guerra civil e incluso del terrorismo de ETA, de lo cual fue testimonio incuestionable la aprobación de la ley de Amnistía de 15 de octubre de 1977. Sin embargo, la falta de visión de la derecha, fue tolerando pasos que rompían la reconciliación. Por ejemplo, el 28 de diciembre de 1995, el Congreso aprobó por 284 votos a favor y 2 abstenciones, reconocer la nacionalidad española a los Brigadistas Internacionales y, sin embargo, no ofrecer lo mismo a los alemanes de la Legión Cóndor o a los italianos del Cuerpo de Tropas Voluntarias, que también dieron, o arriesgaron, sus vidas en suelo español. Profundizando en la descalificación del lado nacional o franquista se aprobó, el 26 de diciembre de 2007, la ley de Memoria Histórica de Zapatero, olvidando tanto el golpe de estado de 1934 como las “checas”, los “paseos” y las múltiples ejecuciones sin juicio que se llevaron a cabo en el bando rojo durante la guerra civil. Hasta el Parlamento de Andalucía aprobó, en diciembre de 2017, su propia ley de Memoria Histórica. La que la actual mayoría absoluta de derechas en Andalucía, tras las elecciones de 2 de diciembre de 2018, no ha sido capaz de derogar por la oposición de PP y Cs a la propuesta de Vox en ese sentido. El nuevo Congreso de los Diputados tras las elecciones del 10N de 2019, no pretende derogar la Memoria Histórica de Zapatero sino profundizarla.

La inmigración ilegal sigue descontrolada, mientras que no se dan especiales facilidades a los hermanos venezolanos que huyen del paraíso comunista, al cual ha asesorado el partido del Vicepresidente del Gobierno español y al que también sigue asesorando el ex Presidente Zapatero. Por otro lado, la política exterior debe dar a España el papel que, por su peso en la UE, por su historia y su cultura le corresponde. La opción por la democracia debe ser contundente, con especial énfasis en países con los que estamos más vinculados por razones históricas, como es el caso de las dictaduras de Cuba y Venezuela. Ambos temas, inmigración y política exterior, deberían ser también objeto de reflexión ante una posible coalición electoral de partidos.

Finalmente, un tema de enorme impacto social. No hay política mejor para la paz ciudadana que fomentar la creación de empleo. La economía empieza a dar signos alarmantes, pues el marco político no resulta especialmente estimulante. La inversión extranjera duda y podría dirigirse a otros países de la Unión Europea, entre otros a nuestro vecino Portugal. Cuando se quiera rectificar el camino, si es que Sánchez decide hacerlo, es posible que ya sea tarde, como ocurrió con el anterior Presidente socialista Zapatero. Todo ello va a afectar al empleo y, por ende, a la Seguridad Social y a las pensiones. La única esperanza, a corto plazo, recae en el control que pueda ejercer la Comisión Europea desde Bruselas, en particular respecto al déficit público y deuda.

En resumen, PP, Cs y Vox deberían reunirse para exponer sus posiciones respecto a todos estos temas claves, si quieren de verdad considerar la opción de una España Suma. La envergadura de los mismos hace impensable que se pueda llegar a un programa básico común, si se demora su consideración hasta que una posible convocatoria electoral la haga urgente y necesaria. La iniciativa para hacerlo puede ser realizada por cualquiera de los tres partidos. Si alguno de ellos no acepta reunirse, o si la propuesta de reunión se hace meramente para obtener réditos electorales, serán los votantes los que se lo recuerden en las urnas. El tiempo para políticas demagógicas y de mera imagen se está acabando.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)
Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios