No nos engañemos. Ese es el triste juego. No se trata de que se apliquen unas medidas u otras. Ningún partido político, que esté en su sano juicio, propone que no se tomen medidas ante la pandemia. Hace un mes, el 9 de abril, en España teníamos 148.220 contagiados, hoy, 7 de mayo, tenemos 220.325. Por tanto, la enfermedad sigue en expansión en nuestro país y también a escala mundial. Eso no es discutible. Lo que es discutible son las actitudes políticas y entre ellas las del Gobierno español.
Hoy he escuchado a un comentarista decir que Sánchez, que soportó la escalada de muertos y contagios, quiere capitalizar la futura victoria sobre el coronavirus. Esta es la triste y vergonzosa realidad política española. La denuncié hace un mes y la reitero ahora. Estamos ante una tragedia nacional, como fue la del 11M, y ante las tragedias hay que estar unidos. Máxime si, como ocurre en este caso, es una tragedia continuada, no puntual, sino que sigue adelante, llevándose por delante vidas y economías.
Ningún partido le pidió a Sánchez que se encargara de asumir los muertos. Eso hubiera sido una infamia. Fue él quien quiso hacerlo solo. No quiso convocar a los partidos políticos por una razón obvia: no quería ninguna foto con el tercer partido nacional, el que tiene 52 diputados. No quiso que después del PSOE y del PP tuviera que aparecer VOX, a pesar de que estamos ante una auténtica emergencia. Prefirió relacionarse con las Comunidades Autónomas porque ninguna de ellas está, hoy por hoy, presidida por VOX. Pero las CC.AA. no representan a la nación, sólo son su presencia territorial. La nación está representada en las Cortes, que es donde reside la soberanía nacional, y es la nación, en su conjunto, la que sufre la pandemia, no sólo una determinada Comunidad Autónoma.
Hoy los contagios siguen en aumento. Se tiene más información, cosa que es obligación del Gobierno central, pero un tanto confusa, sobre todo cuando se compara la diferente evolución del coronavirus en nuestro país con el de otros similares. Se tienen más medios de prevención, sean o no, adecuados y suficientes. Hay normas generales de confinamiento que la ciudadanía respeta. Por tanto, hay quienes creen que se aproxima el momento de poder decir que “aunque aún no hayamos vencido, la batalla está bien encaminada”. Nada que objetar a esa frase, un tanto apresurada, pero debería ser una frase de todos. Al presidente le faltó grandeza para convocar a todos los partidos y le sigue faltando ahora. Se equivoca en la forma de capitalizar el “éxito” futuro, que por otra parte no parece tan próximo.
Un presidente debería, ante todo, haber conseguido la unidad de la nación ante la tragedia. Ese sería el logro, o no, que la historia valorará. El PP, el principal partido de la oposición, le ha dado ahora, con su abstención, quince días más de plazo, cuando ya hace dos meses que Sánchez no cuenta con él. No creo que sea el camino acertado. Si tú, Sanchez, no quieres ser el presidente de todos, no lo seas. Es tu responsabilidad política, mucho más grave ante la pandemia en que vivimos. Si quieres dar la imagen de que tu Gobierno es el único que se enfrenta al coronavirus, no pidas cheques en blanco.