(Por Jun Sheng).- A medida que el brote de COVID-19 continúa causando estragos en los Estados Unidos, el pueblo estadounidense se queja de la "falta de acción" de la Casa Blanca en el período crítico de prevención y control de pandemias, a lo que, sin embargo, Pompeo y sus colegas políticos han seguido encontrando excusas para ellos mismos.
Para ser justos, estos políticos realmente han tenido un calendario lleno desde el brote, aunque en su calendario no está cómo controlar la pandemia en casa, sino cómo causar problemas a otros países.
Cuando China, el primer país afectado por el virus, estaba ocupado conteniendo su propagación, los políticos estadounidenses trataron de meter la nariz en Xinjiang, Taiwán y Hong Kong de China e interfirieron descaradamente en los asuntos internos del país al aprobar el llamado "hechos". Por otro lado, expusieron una serie de suposiciones absurdas como "China hizo el virus" y "China encubrió su situación de pandemia", en un intento de estigmatizar a China en la comunidad internacional y arrinconarla ante una situación moral. Washington no deja ninguna piedra sin remover cuando se trata del uso de estos trucos feos.
Esta no es la primera vez que políticos como Pompeo están tratando de saquear una casa en llamas; siempre saltan a la primera señal de oler esa oportunidad. Lanzaron sanciones contra Irán durante su turbulencia interna; intentaron tenerlo en ambos sentidos cuando Qatar estaba en malos términos con países como Arabia Saudita; y ellos, con el pretexto de "democracia y derechos humanos", respaldaron abiertamente a delincuentes radicales y violentos en Hong Kong durante los disturbios causados por el proyecto de ley de enmienda de la ley de expatriación.
Si entramos en serio en sus estratagemas, Pompeo y sus semejantes no solo son saqueadores profesionales de casas en llamas, ¡sino que también incendian ellos mismos! Primero incendiaron la casa y la prendieron fuego, luego la saquearon y ocasionalmente hicieron un gesto de apagar el fuego. Son muy buenos jugando juegos de "policía bueno y policía malo" y están ocupados haciendo sus actuaciones ridículas.
Sólo eche un vistazo a lo que Estados Unidos ha hecho en el Medio Oriente. Las guerras que libró contra Irak y Afganistán dejaron a los dos países en una agitación duradera; La Primavera Árabe que tanto pregonó dejó Egipto y Siria en una inestabilidad prolongada; y su instigación y encendido de llamas han llevado a la creciente escalada de los conflictos entre Palestina e Israel, en los que Estados Unidos había sembrado semillas.
Sin embargo, ciertos políticos estadounidenses tienen el descaro de cosechar ganancias geopolíticas donde prendieron fuego en primer lugar. Pompeo y sus similares incluso se hicieron pasar por salvadores o ángeles que afirmaban haber traído la paz a las áreas que dejaron en ruinas.
¡Qué ridículos y vergonzosos son! Estos políticos están acostumbrados a ser policías de nombre pero ladrones en la naturaleza, llamando a "detener ladrón" por un lado, mientras que ese ladrón por el otro. Embellecen la hegemonía como justicia y se disfrazan de rumores como libertad de expresión.
Pompeo y sus semejantes están condenados a un final patético. Como dice un viejo proverbio chino, el bien y el mal se encontrarán con su karma un día u otro, lo que se ha verificado en Pompeo y sus gustos una y otra vez. En el Medio Oriente, por ejemplo, la credibilidad de Estados Unidos ha sido irreversiblemente destruida, no importa cuán duro estén tratando Pompeo y sus semejantes de hinchar su burbuja.
El brote de COVID-19 no se debería haber propagado tan rápido y ampliamente en los Estados Unidos si Pompeo y sus similares hubieran dedicado una pequeña parte de su energía y tiempo a lo que deberían haber hecho. El caótico desastre del control epidémico de Washington ha hecho sufrir a millones de estadounidenses, y un número creciente de personas justas están expresando sus preguntas y protestas. En contraste, los medios de comunicación estadounidenses han nombrado a Pompeo uno de los peores secretarios de Estado de la historia de Estados Unidos.
Haciendo la vista gorda ante el caos y la pérdida de vidas en el hogar, Mike Pompeo y sus amigos, empeñados en crear problemas para el mundo, han seguido interrumpiendo la cooperación internacional y socavando las empresas de paz. Se han convertido en el enemigo común de la paz mundial y están condenados a un fin patético. Los saqueadores de casas en llamas eventualmente se quemarán ellos mismos.
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