Estos dos abogados lograron el reconocimiento de un derecho hasta entonces desconocido, que parte de la premisa del derecho que tienen las personas a que la autoridad, prensa o terceros se mantengan alejados de una esfera que solo pertenece al individuo. Aquí se sientan las bases técnico-jurídicas de la noción de privacy, configurándola como un derecho a la soledad, adoptando el concepto establecido años antes por el juez Cooley: the right to be let alone como un derecho a la persona, a la completa inmunidad o al derecho a ser dejado solo [2].
La historia americana está ligada a los primeros desarrollos de la privacidad, que fueron realizados dentro de la tradición anglosajona, al alero del derecho a la propiedad privada que se lo conceptualiza como un espacio exento de interferencias, un espacio “privado” especialmente opuesto a la intromisión pública, en definitiva, un lugar donde podemos ejercer nuestro derecho a ser dejados solos [3].
Es interesante analizar que EEUU. tiene una conexión de leyes, intereses y valores relacionados con un derecho a ser olvidado. Parte de la noción de que el país fue construido por aquellos que buscaban una segunda oportunidad y esperaban la reinvención. Una larga historia de "ir hacia el Oeste" tuvo como resultado aflojar los grilletes del pasado y empezar una nueva vida.
Con la evolución del concepto de privacidad, en el espacio europeo se tuvo un desarrollo distinto y más garantista de este derecho, construido más sobre la idea de la dignidad humana que de la propiedad privada, estando vinculado con la protección del derecho de toda persona a vivir como dueña y arquitecta de su propio destino.
Pero con la universalización de internet y la existencia de la posibilidad de retrotraer a nuestra actualidad, situaciones que ocurrieron en el pasado, la facilidad de manipulación de la información, la rapidez de difusión de contenidos y la relatividad de las supuestas verdades que se difunden a diario, tuvo como consecuencia la aparición del Derecho al Olvido Digital para proteger derechos fundamentales tan esenciales como la vida privada, la imagen, la honra, los datos, así como para garantizar el libre desarrollo de la personalidad y, sobre todo, la dignidad humana.
En Eliminalia, buscamos garantizar el “derecho al olvido” de todo aquel que lo necesite y entendemos la idea de comenzar de nuevo, por lo tanto, trabajamos para ayudar a lograr dicho objetivo, creyendo firmemente que las personas tienen derecho a eliminar o hacer inaccesibles ciertos datos o información publicada ilícitamente en un entorno digital.
“Equivocarse y volver a empezar” es lícito, y tiene más sentido en un ámbito digital, donde se debe ponderar la protección de datos personales, fundamentado en el principio de calidad de los datos, en que sean ciertos, objetivos y oportunos.
[1] Warren S.D. y Brandeis L.D.(1890) “The right to privacy”, Harvard Law Review, vol IV, n.5.
[2] Cooley T. (1895), “The elements of Torts”, Editorial Callaghan
[3] Esta expresión fue popularizada por el célebre artículo sobre “Privacidad” de Warren y Brandeis, quizá el más influyente a nivel mundial sobre el tema. Warren y Brandeis (1890)