La finiquitada semana ha dado mucho que comentar, como por ejemplo que las elecciones del 14-F ya son las más anti-democráticas de la UE en decenios, además con un repunte del terrorismo callejero habitual, o la exposición obscena de miseria intelectual y perversión ética de la campaña anti- hospital Zendal. Sin embargo preferimos, como otras veces, destacar un aspecto menos cacareado o morboso, pero trascendente para nuestro futuro, como es la credibilidad y la posibilidad negociadora de España en el concierto internacional. Algún Gobierno lo podría hacer peor, pero en otra galaxia. En esta semana hemos tenido dos ejemplos tumbativos.
En primer lugar hemos asistido al revolcón fenomenal que la diplomacia rusa le ha dado a Josep Borrell, diciéndole que en España, por lo tanto en Europa, hay presos políticos y que arregle primero su casa. Humillante pero merecido. No nos centraremos en recordar el error que comete la UE nombrando su representante internacional a un miembro de una Nación que destruye día a día su Estado de Derecho, que afirma anticonstitucionalmente que la región hispano-catalana es una nación, que apoya al régimen venezolano y que pertenece a la nación que está inoculando las aberraciones de la secesión y del racismo en la UE.
Lo peor es que le dejan ir a Rusia para hablar de derechos y de Justicia…Pero no queda ahí la cosa, el disparate da una vuelta de tuerca cuando nuestra Ministra de Exteriores (porque, por lo visto, tenemos una) sentencia públicamente que el Gobierno de España considera que en España no hay presos políticos…O sea que no lee ni la prensa con cuyos recortes le han tapado la boca internacionalmente. ¿No sabe que su Vicepresidente, que es jefe de Gobierno en caso de ausencia de Pedro Sánchez y Carmen Calvo, ha declarado lo contrario? Y un Gobierno es colegiado.
Si Ud. quiere que quede claro que en España no hay presos políticos, que en Europa no puede haberlos, sancione e inhabilite cualquier representante ejecutivo del Estado que diga lo contrario, prohíba los lazos amarillos en representantes del Estado y en edificios oficiales y escuelas, no permita secesionistas que prevariquen ni convictos que participen en campañas electorales. Y no negocie amnistías… ¿O se cree que las embajadas extranjeras en España no hacen su trabajo? España tiene la credibilidad de Kerenski. Y hete aquí que sobre éstas aparece una parte podemita del Gobierno, con firma de apoyo del “Partido PSOE 2021” que apoya a la otra parte del Gobierno, y se le ocurre pedir, ni más ni menos, al BCE que condone al Reino de España 300.000 millones de euros. Un dislate internacional nunca visto que deja a España al nivel del ridículo circense.
Que sepan Uds. que el BCE posee (tiene en su balance) un 30% de la deuda española!!!! Es decir, la soberanía española en lo económico está en manos del BCE porque está rescatadísima de facto (y menos mal). Y contra todo conocimiento financiero, contra todo compromiso adquirido con el euro, contra toda solidaridad con vecinos como Italia, Portugal, etc.., contra toda seriedad mínima exigible, nuestro Gobierno le pide al Banco que sostiene el euro que destroce su balance por mi cara bonita. Evidentemente, el disparate es tal que bastó una somera réplica de Luis de Guindos (no es casual que lo hiciera un español) para enterrar la idiotez. Pero el mal estaba hecho. España se queda con menos capacidad de negociación e interlocución que Varoufakis. Y a Calviño, que no es Varoufakis, loada sea, la han doblado. Y a muchos cargos españoles. Los inversores internacionales han tomado buena nota y el BCE tiene ideas más severas en como ejercer su rescate. Y a España, a nivel internacional, con la verdad por delante, se le está empezando a acusar de matar a sus interlocutoras de risa aposta…Como al ministro ruso.