Lo interesante es que esta cifra tiene más que ver con el problema estructural de la temporalidad del mercado laboral español que con la propia situación sanitaria: en ese mismo periodo de tiempo la cifra de cotizantes con contratos eventuales (de acuerdo con los propios datos de la Seguridad Social) se redujo en 334.732 personas. Eso significa que toda la pérdida de cotizantes en este tiempo se ha producido entre los contratos temporales.
La comparación es, por tanto, muy desigual: mientras que los asalariados dados de alta en la Seguridad Social con contrato indefinido han aumentado en casi 10.000 personas (un 0,1 %) desde febrero de 2020 a marzo de 2021, entre los contratos eventuales el descenso fue del 8,2%.
Reforma laboral a la vista
Por delante tenemos meses en los que la administración de las vacunas permitirá reactivar la economía y, previsiblemente, mejorar las cifras de empleo, apoyándose en las importantes ayudas europeas que recibirá España. Pero precisamente ese plan ha de servir también para poner remedio al problema de la dualidad de su mercado laboral. En esta línea, el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, señalaba recientemente que “la economía española sufre debilidades estructurales antiguas, que la pandemia ha hecho aún más visibles”.
En concreto, el comisario europeo hizo referencia a la necesidad de “atajar la dualidad de su mercado de trabajo y los muy elevados niveles de desempleo juvenil”. Las cifras avalan claramente la necesidad de actuar sobre estas dos cuestiones en la próxima reforma laboral. Y la situación de ambos obliga a hacerlo con urgencia y en profundidad