El protocolo de pruebas simuló la interacción real de partículas y aerosoles que contaminan los textiles, como por ejemplo las mascarillas. Cada muestra fue expuesta a una alta carga de SARS-CoV-2 seguida de un tiempo de incubación de 5, 15 y 30 minutos, a temperatura ambiente, antes de medir la cantidad residual del virus infeccioso SARS-CoV-2. Las muestras de tela tratadas con HeiQ MetalliX indicaron una reducción del virus de más del 97,79 % en cinco minutos, 99,95 % en 15 minutos y más del 99,99 % a los 30 minutos, al compararse con el inóculo de control.
Los materiales tratados con esta tecnología liberan iones de cobre que desactivan virus y bacterias. También se ha demostrado que los materiales tratados también eliminan el 100 % de estafilococo áureo y Klebsiella pneumoniae y desactivan el 99,95 % del virus H1N1 y el 99,9 % del coronavirus humano 229E.
La mascarilla tiene un diseño patentado y está compuesta por un revestimiento de cobre puro ultrafino, que se aplica en un proceso altamente técnico de deposición por vapor, bautizado como HeiQ MetalliX.
Este proceso convierte una cantidad diminuta de cobre en vapor, lo que permite depositarlo uniformemente envolviendo cada fibra. La tecnología, pendiente de patente, ha sido creada por la compañía australiana de tecnología de materiales Xefco, socio de innovación de HeiQ, quien trabajó durante el proceso en estrecha colaboración con su socio de investigación de Big Data D, el Instituto de Frontier Materials (Institute for Frontier Materials; IFM) de la Universidad Deakin, como parte del afamado Centro de Investigación de Fibras del Futuro del ARC, del cual HeiQ también es miembro.