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EN EL TEATRO CALDERÓN DE MADRID

A chorus line: el esplendor del musical de Broadway frente al espejo

A chorus line: el esplendor del musical de Broadway frente al espejo
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· Por Mariano Velasco

En un espectáculo artístico, terrero en el que a veces se podría decir que la perfección llega a estar sobrevalorada por resultar mucho más humana y sensible cierta dosis de imperfección, sucede en ocasiones que aquella se convierte en condición sine qua non. Suele ocurrir así cuando el espectador llega a disfrutar de la obra de arte que se le propone como si se tratara de algo natural, sin llegar a ser consciente de todo el trabajo que tiene detrás en busca de la excelencia. Algo así es lo que sucede en A chorus line, el musical del que es codirector Antonio Banderas y que triunfa ahora y se consolida por fin en el Teatro Calderón de Madrid, tras un accidentado periplo desde su estreno en el Teatro del Soho CaixaBank de Málaga en 2019, y un corto recorrido posterior antes de quedar interrumpido por la pandemia.

El trabajo que hay detrás de este musical es impresionante, no cabe ninguna duda de ello, pero su grandiosidad reside sobre todo en eso, en que no se le note el sobreesfuerzo, en que el espectador disfrute minuto a minuto con cada canción, cada diálogo, cada cambio de escenografía y luces, cada coreografía, cada número y cada intervención en escena como si se tratara de algo que está sucediendo ante sus ojos casi improvisadamente.

“Vivimos atrapados en la idea de que aquello que no está grabado o fotografiado no existe”, reflexiona el propio Antonio Banderas a propósito de A chorus line, haciendo una reivindicación de las artes escénicas, en particular del teatro, la música y la danza, y del arte vivido en directo, una idea en la que se recrea sin tapujos, con gran acierto y oportunidad, este maravilloso espectáculo estrenado en Broadway allá por 1975 y que llega a España de la mano de Antonio Banderas en una excelente versión.

Un paso más hacia la grandiosidad de este espectáculo se da debido a que el contenido de la obra se basa precisamente en representar el teatro del dentro del teatro. Es la historia de un grupo de aspirantes a un musical de Broadway que se presentan al casting, y que al mismo tiempo que luchan por obtener el papel deseado desnudan también cada una de sus vidas, sus sueños y sus frustraciones. Ante el director que los selecciona y ante nosotros, los espectadores.

Ese juego de espejos que muchas veces es el teatro dentro del teatro tiene su cabida metafórica en más de un número de los que disfrutaremos. Y de forma muy especial en el bellísimo baile multireflejado de Cassie (Sarah Schielke), un personaje que comienza hábilmente agazapado en un segundo plano y que va cobrando protagonismo hasta resultar esencial en el discurrir del argumento.

Ella, junto al director Zach (ahora Manuel Bandera, antes el propio Antonio Banderas), protagoniza otro de los momentos más brillantes de la obra, esa delicadísima puesta en escena de sentimientos y acontecimientos pasados que los bailarines, en un discreto segundo plano, interpretan sigilosamente al ritmo que marcan las reflexiones de ambos protagonistas.

Es este uno de los pasajes en los que el director Zach se incorpora a la escena, puesto que durante la mayor parte de la representación se sitúa al fondo del patio de butacas y fuera de focos, aportando sin lugar a dudas un mayor realismo a lo que allí se está representando.

Además de excelentes números musicales, la obra contiene un par de muy interesantes reflexiones sobre el mundo del teatro en particular y sobre la vida en general: una acerca de la importancia del trabajo coral, por encima del individualismo, para alcanzar esa perfección que aquí se busca. Y la otra sobre sobre las dificultades de esta dura profesión (y una vez más, también de la propia vida), cuando los actores llegan a preguntarse si merece la pena tanto esfuerzo y dedicación.

Porque sin salirnos del bien propuesto juego del teatro dentro del teatro, diremos que el resultado final que se nos propone solo cobra todo su sentido tras la perfección y excelencia que derrocha el número final, el archiconocido One, que no deja lugar a dudas: el esfuerzo colectivo que hay detrás ha merecido la pena.

A chorus line

https://www.achorusline.es/

Teatro Calderón de Madrid

Concepción, dirección y coreografías originales: Michael Bennett

Libreto: James Kirkwood, Nicholas Dante

Música: Marvin Hamlisch

Letras: Edward Kleban

Co-coreografía: Bob Avian

Reposición de la dirección y coreografía originales: Baayork Lee

Codirección: Antonio Banderas

Dirección musical: Pau Baiges

Reparto: Manuel Bandera, Angie Alcázar, Lucía Castro, Alex Chavarri, Aaron Cobos, Anna Coll, Fran del Pino, Daniel Délyon, Sonia Dorado, Roberto Fracchin, Víctor González, Bealia Guerra, Pep Guillem, Fran Moreno, Ivo Pareja-Obregón, Estíbalitz Ruiz, Lorena Santiago, Sarah Schielke, Cassandra Hlong, Javier Cid, Daniel Garod, Ariel Juin, Juan José Marco, Graciela Monterde, Lucrecia Petraglia, Aida Sánchez, Tomy Álvarez, Flor Lopardo, Marcela Nava, Joan López-Santos, Fernando Mariano.

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