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ANÁLISIS DE MONEX EUROPE

El dólar sigue fortaleciéndose y ómicron empuja al euro

Rentabilidades en el G10 y en los mercados emergentes frente al dólar en noviembre
Rentabilidades en el G10 y en los mercados emergentes frente al dólar en noviembre

  • Por Simon Harvey e Ima Sammani, analistas senior de mercado FX Market en Monex Europe

lunes 13 de diciembre de 2021, 12:20h

El mes de noviembre se caracterizó por la fortaleza del dólar, ya que varios factores apoyaron esta divisa. En los primeros compases del mes, los tipos de interés implícitos del mercado se volvieron más agresivos tras la publicación del informe del IPC de octubre en EE. UU., que mostró una generalización acusada de la presión sobre los precios en comparación con el periodo anterior. Al más alto nivel, los mercados esperaban tres subidas de tipos por parte del FOMC en 2022, aunque ahora se ha limitado a dos subidas. Al mismo tiempo, algunas de las divisas más líquidas se han visto afectadas por los acontecimientos internos: el euro se ha debilitado en la caja de conversión, ya que el aumento de los casos de Covid en Europa central ha obligado a varios países a volver a imponer medidas restrictivas contra el virus. La libra esterlina se ha desplomado después de que el Banco de Inglaterra no cumpliera con sus obligaciones en su reunión sobre política monetaria, tras haber declarado en las semanas anteriores que la libra esterlina se situaría al alza. Mientras tanto, las coronas sueca y noruega han tenido un rendimiento bajo debido a la preocupación por el crecimiento en la eurozona, que ha pesado sobre las perspectivas comerciales, así como sobre las perspectivas del petróleo a corto plazo.

En los mercados emergentes, la lira turca ha acaparado gran parte de la atención, ya que la divisa ha caído a mínimos históricos de forma continuada tras otro gran recorte de los tipos y las declaraciones del presidente Erdogan apoyando el mantra de los tipos bajos. Hacia finales de mes, la volatilidad de los mercados se ha intensificado aún más tras el descubrimiento de la variante ómicron, que ha afectado, en gran medida, a la disposición a asumir riesgos en todo el mundo y ha impulsado, aún más, al dólar. Si bien esto ha conducido a grandes entradas de valores refugio, el euro se ha beneficiado de la menor disposición a asumir riesgos por parte de los mercados, ya que esto ha significado que los riesgos ya no afectaban solamente a la economía de la eurozona y se han cerrado las operaciones de carry trade financiadas con euros.

Debido a la falta de información actual, el nivel de incertidumbre asociado a nuestras previsiones inmediatas es elevado. Hemos tenido en cuenta esta circunstancia proporcionando rangos para nuestras previsiones a un mes en los apartados correspondientes. Sin embargo, las lecciones aprendidas de la variante delta sugieren que el impacto en el mercado de las nuevas variantes disminuye a lo largo del ciclo de tres meses en caso de que las vacunas anteriores limiten, en cierta medida, el impacto sanitario. Esto reduce el nivel de incertidumbre inducido por la variante ómicron en el horizonte a medio plazo.

Además de la amenaza de la nueva variante, nuestras previsiones reflejan la probable aceleración del proceso de restricción por parte de la Reserva Federal a partir de la reunión de diciembre, de forma que las compras netas cesen en marzo de 2022. También creemos que la Reserva Federal subirá los tipos dos veces en 2022 aunque los ajustes de tipos solo se producirán en el segundo semestre. Habrá también una recuperación de los mercados de materias primas a medida que disminuyan los riesgos respecto del crecimiento mundial. También queremos apuntar el hecho de que la inflación está obligando a algunos de los bancos centrales más moderados a señalar una reacción política en sus horizontes de previsiones. Aunque seguimos creyendo que entidades como el BCE, el RBA, el Riksbank y el Banco de Japón irán por detrás de la Reserva Federal a la hora de modificar los tipos, salvo que se produzca un deterioro de las perspectivas de crecimiento e inflación, vemos probable que normalicen su política antes de lo previsto en el cuarto trimestre.

DXY

Acorde a nuestras expectativas de que las preocupaciones por la Covid se moderarán si la situación no se deteriora a nivel mundial en el transcurso del próximo mes, creemos
que el dólar se estabilizará justo por debajo del nivel de 96 en el índice DXY. Es probable que la caída del DXY hacia finales de año sea limitada por múltiples razones.

En primer lugar, si aumentan las preocupaciones en torno a la variante ómicron y se imponen más restricciones en las economías del hemisferio norte, es probable que el
dólar se beneficie de una oferta de refugio seguro. Por el contrario, si disminuye la preocupación por la Covid debido a unos niveles aún elevados de eficacia de la vacuna
frente a la nueva variante, o a una reducción de los síntomas asociados a esta variante más transmisible, probablemente dará lugar a una nueva presión sobre el par EUR/USD, ya que los mercados se centrarían de nuevo en el brote aislado de Covid en la Europa continental. Dado que el cambio EUR/USD tiene una gran participación en el índice DXY, el dólar en general debería mantenerse al alza hacia finales de año. Por último, los flujos de fin de año en el dólar deberían limitar aún más la caída del DXY. Los riesgos a la baja para el dólar en el horizonte de un mes se centran, en gran medida, en una reunión de la Reserva Federal de carácter moderado. Sin embargo, para que esto influya sobre el dólar, cualquier mensaje moderado enviado a través del gráfico de puntos tendría que ir acompañado de una disminución de las preocupaciones respecto a la Covid.

Sin embargo, es probable que el dólar siga estando respaldado por una Reserva Federal cada vez más agresiva. Teniendo en cuenta nuestra previsión de dos aumentos de tipos en el segundo semestre de 2022, no prevemos una depreciación sustancial del dólar más allá del nivel de 94 en el DXY, pero es probable que la debilidad del dólar sea mayor frente a las divisas procíclicas, respecto a las que sus respectivos bancos centrales mantienen posturas más agresivas que la Reserva Federal.

EUR

En la actualización de noviembre destacamos el riesgo alcista que tiene una nueva variante en el cambio EUR/USD, que finalmente se materializó y llevó al par de divisas al
rango actual de 1,13-14. Debido a la escasa información nueva sobre la variante ómicron, prevemos que este nivel de apoyo probablemente persista a corto plazo. Los riesgos
para nuestras previsiones a corto plazo se inclinan, en gran medida, a la baja para el cambio EUR/USD e incluyen una mayor demanda de dólares debido a los flujos de fin de
año, el empeoramiento de la situación en torno a la variante ómicron, que parece más perjudicial de lo que se conoce actualmente, y también la mejora de las condiciones a
nivel mundial, lo que obliga a poner el foco de nuevo en los riesgos de la Covid que son mayores en la zona euro. Los riesgos al alza incluyen una reunión del FOMC en
diciembre, especialmente después de las declaraciones del presidente de la reserva Federal, Powell, sobre la posibilidad de que las restricciones finalicen antes, pero esto
tiene un efecto limitado en comparación con los riesgos a la baja más significativos.

CHF

Durante mucho tiempo hemos sostenido que el entorno de alta inflación en la eurozona conducirá a un menor nivel de tolerancia en el par EUR/CHF para el Banco Nacional
Suizo. A lo largo del pasado mes de noviembre, los flujos de valores refugio vieron cómo esto se cumplía, ya que el cross de divisas rompió la línea anterior en 1,05.

Hasta ahora, los depósitos a la vista suizos no han mostrado nada fuera de lo normal por parte del Banco Nacional Suizo, lo que confirma nuestra opinión de que el franco seguirá revalorizándose sin que intervenga el banco central. Sin embargo, un deterioro significativo en el apetito de riesgo global debido a los temores por la variante ómicron probablemente llevará al par EUR/CHF a caer hasta el nivel de 1,03, lo que podría llevar al Banco Nacional Suizo a intervenir de forma contundente. No obstante, los riesgos al alza del par EUR/CHF a corto plazo son mínimos, en nuestra opinión, ya que la preocupación por la inflación y el crecimiento regionales se mantiene, aunque disminuyan las
preocupaciones por la nueva variante.

A medio plazo, sin embargo, nuestras expectativas de mejora del crecimiento mundial y de subida de los tipos del G10 deberían hacer que el par EUR/CHF volviera a superar el nivel de 1,05 para alcanzar nuestro objetivo a 12 meses de 1,07.

CAD

La venta del 3 % en el loonie en octubre supuso una sorpresa para nuestra previsión a un mes de noviembre de 1,23 en el par USD/CAD, pero puede explicarse en gran medida por factores exógenos que, en su mayoría, afectaron al cambio USD/CAD a través del canal de petróleo. Teniendo en cuenta los últimos acontecimientos y las perspectivas de crecimiento mundial a corto plazo, más moderadas, prevemos que el par USD/CAD cotice ligeramente a la baja hacia finales de año, con una nueva proyección de 1,27.

Aunque sujeta a un alto grado de riesgo, hemos basado esta proyección en un leve repunte del WTI hacia finales de año, en una postura más prudente por parte de la Reserva Federal, a pesar de la aceleración del proceso de restricción y en una postura que sigue siendo agresiva por parte del Banco de Canadá.

Más allá de la marca de 1,27, es probable que las subidas del loonie sean limitadas a corto plazo si no se reduce sustancialmente el riesgo por la variante ómicron, lo que
debería llevar a un fuerte retroceso del WTI y aliviar las preocupaciones sobre el crecimiento interno, dado el aumento de los casos en Ontario debido a la nueva variante.

Los riesgos al alza para el cambio USD/CAD están relacionados, en gran medida, con la eficacia de las vacunas y el impacto que la variante tendrá en las condiciones de la
demanda mundial. Si hubiera noticias preocupantes al respecto y se vuelven a endurecer las medidas de restricción en las principales economías, el cambio USD/CAD podría
superar la marca de 1,30. A medio plazo, creemos que el cambio USD/CAD mostrará una tendencia más clara a la baja debido a la postura, que sigue siendo agresiva, del Banco de Canadá, a una mejora en los mercados del petróleo debido a la escasez estructural de la oferta y a una recuperación del apetito de riesgo.

Scandi

Esperamos que las coronas sueca y noruega se fortalezcan ligeramente frente al euro durante el próximo año, aunque a un ritmo más lento de lo que se creía. En noviembre, ambas monedas se vieron afectadas por la preocupación por la Covid procedente de la zona del euro. En el caso de Suecia, ya que la zona euro es su principal socio comercial, mientras que, en el caso de Noruega, la preocupación europea por la Covid influyó en la demanda del principal producto de exportación del país. Por el momento, dado el entorno actual de gran incertidumbre respecto al nuevo virus, prevemos que la disposición a asumir riesgos mejorará moderadamente en los próximos meses, lo que
debería ser un buen augurio para ambas divisas. En el horizonte a medio plazo, la mejora de las perspectivas de crecimiento mundial debería favorecer a las divisas procíclicas, lo que haría que las ganancias fueran mayores frente al dólar que frente al euro.

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