Sin embargo, desde la conferencia de prensa de Powell, los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto han intentado activamente contrarrestar la opinión pesimista del mercado. El miembro más notable del FOMC en hacerlo fue John Williams, que calificó de "prematura" una bajada de tipos en marzo y descartó la idea de que los responsables políticos discutieran abiertamente el momento de un recorte de tipos, como había aludido Powell apenas unos días antes.
Este sentimiento tuvo eco en las actas de la reunión de la Fed de ayer, en las que algunos participantes advirtieron de que "las circunstancias podrían justificar el mantenimiento del rango objetivo en su valor actual durante más tiempo del previsto actualmente", mientras que no se hizo referencia a un debate abierto sobre el calendario y la viabilidad de los recortes de tipos, como sugirieron los comentarios de Powell en la conferencia de prensa. Esta postura más cautelosa en sus deliberaciones reflejaba el riesgo de que "una relajación de las condiciones financieras más allá de lo apropiado podría dificultar al Comité la consecución de su objetivo de inflación". Aunque varios participantes señalaron los riesgos a la baja para la economía que conllevaría una postura excesivamente restrictiva y el posible conflicto que podría surgir al tratar de alcanzar activamente ambos aspectos del doble mandato de la Reserva Federal, las actas se interpretaron en general como más vacilantes que el tono general del anuncio de diciembre.
Por último, algunos participantes sugirieron que sería apropiado que el Comité iniciara debates sobre los factores técnicos que guiarían los planes de QT de la Fed, y sugirieron una reducción del ritmo de reducción de su balance antes del nivel considerado coherente con reservas abundantes para evitar una repetición en 2019.
En conjunto, la reacción del mercado a la última ronda de las actas de la reunión fue simplemente encogerse de hombros y seguir adelante. Habiendo ya recortado las apuestas de flexibilización en respuesta al discurso de línea dura de la Fed, los operadores se contentaron con descontar las actas como noticias viejas.
Así pues, aunque la publicación provocó un repunte inicial de los rendimientos, los bonos del Tesoro se mantuvieron inamovibles, y las apuestas sobre la relajación en 2024 se mantuvieron en torno a los 150 puntos básicos. Del mismo modo, a pesar de un repunte del dólar tras la publicación de las actas, la subida del billete verde se moderó enseguida, lo que hizo que los precios de las divisas del G10 reflejaran en gran medida un retroceso de los movimientos de finales de diciembre.