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ENTREVISTA A JESÚS LINARES, DR. EN FÍSICA CUÁNTICA

¿La ONU ante un Planeta Titanic?

¿La ONU ante un Planeta Titanic?

· En los días en que se celebra en Sevilla la Cuarta Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre la Financiación para el Desarrollo (FFD4), entrevistamos al andaluz Jesús Linares, Doctor en Física Cuántica por la Universidad Autónoma de Madrid

Fue investigador científico del Instituto Max-Planck de Alemania donde le otorgan la distinción Marie Curie Fellow de la Unión Europea, una de las distinciones para jóvenes investigadores más prestigiosas a nivel internacional. Vuelve a España en 2004 a la Universidad de Sevilla con un Programa de Retorno de Investigadores de Excelencia. Ha realizado una ingente labor como conferenciante internacional y ha llegado a compartir escenario con Barack Obama. Por toda esta trayectoria recibió el Premio Andalucía Medio Ambiente 2019. En ese año publicó Planeta Titanic, y hace unos meses ha salido su segunda edición.
¿La ONU ante un Planeta Titanic?
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«El hombre ha entrado como un elefante en una cacharrería en el sistema climático. Somos el ‘homo meteorito’»

Planeta Titanic, ¿realmente el mundo se dirige a toda velocidad contra un iceberg y no hacemos nada?

Nos estamos cargando el planeta. El hombre ha entrado como un elefante en una cacharrería en el sistema climático. Estamos en el comienzo de la 6ª extinción masiva desde que existe vida en la tierra. El ritmo de extinción de especies es entre 100 y 1.000 veces superior a la natural. Hoy, y cada día, se extinguen unas 150 especies. Somos el “homo meteorito”.

¿Y cuál es nuestra respuesta? La estrategia del avestruz; seguir tocando como la orquesta del Titanic como si nada pasara, hasta que sea ya demasiado tarde. Por mi parte, he dedicado mi vida a alertar que hay que cambiar la música para evitar que el Planeta Titanic acabe chocando contra el iceberg de nuestra inconsciencia.

En su primera edición decía que quedaban 10 años para salvar al mundo. ¿Ya quedan solo 5?

Al final, el Titanic acabó viendo el iceberg cuando era ya demasiado tarde. La propia inercia del barco hizo que la colisión fuera inevitable. De igual manera, existen muchos puntos de no retorno asociados a la emergencia climática. Uno de ellos es el blanqueamiento de los arrecifes de coral. Estos acogen al 25% de toda la biodiversidad marina, a pesar de cubrir tan solo el 0,2% de los fondos marinos. Los arrecifes de coral juegan el mismo papel con respecto a la biodiversidad por debajo del agua que los bosques tropicales por encima de ella. A pesar de su importancia ya hemos perdido la mitad de los corales, y si llegamos a 1.5ºC se perderán entre el 70% y el 90%. Esto supondría el colapso de los ecosistemas marinos.

¡El iceberg está a la vista! De hecho, más del 90 % de la cobertura de coral ya se han perdido en Maldivas, Sri Lanka, Kenia, Tanzania y Seychelles, sin que la orquesta del Titanic cambie su melodía.

En ecología “todo depende de todo lo demás”. ¿Te imaginas quedarnos sin bosques tropicales o sin arrecifes de coral? Sería una cadena de fichas de dominó cayendo. ¡Y nosotros seríamos una ficha más en la cadena!

Usted dice en su libro que el Black Friday del 23 de noviembre de 2018 el presidente Trump tenía por ley que presentar el informe oficial de la propia Casa Blanca sobre el impacto del cambio climático en Estados Unidos. Más de 1.600 páginas de un informe oficial que detalla los devastadores efectos del cambio climático en la economía, la salud y el medio ambiente. Un estudio respaldado por 300 científicos de 13 agencias federales diferentes. Pero el presidente se limitó a decir «I don´t believe it». ¿Cómo es posible?

Trump estaba obligado a presentarlo por una ley anterior de Obama, así que la expectación era máxima. Entre ella la mía, pues me encontraba en Nueva York por entonces. Lo que hizo es presentar el informe en el mismo “Black Friday”, para pasar de puntillas. Luego dijo esas cuatro palabras y se fue. “No se admiten preguntas”.

Ciertamente, el señor Trump no es que no se lo crea, es que no le interesa creer. Él tiene su propia agenda y sus propios intereses que no necesariamente coinciden ni con los del Planeta, ni con los del sentido común. Vivimos en momentos convulsos. No en una época de cambios sino en un cambio de época. Estamos en una crisis global, no solo ambiental sino también de liderazgo político, de valores. El primer triunfo de Trump fue el fracaso de la democracia en Estados Unidos. La vuelta de Trump es el funeral de la misma.

¿Cómo será para el mundo la nueva victoria de Donald Trump?

Para empezar supone la emisión de más de 4.000 millones de toneladas equivalentes de CO2 más que si hubiera ganado Kamala Harris. Es un golpe durísimo contra el planeta, pero también contra la democracia. 77 millones de personas votaron a un populista irresponsable, en contra del sentido común y de sus propios intereses. Estamos asistiendo a la caída del imperio americano que cambiará el mundo. Y a Europa, su abandono nos ha cogido “compuestos y sin novia”.

Parecía que poco a poco el ecologismo iba siendo más transversal, pero de nuevo la derecha (o su parte más extrema) da muestras de poca sensibilidad medioambiental. En España Santiago Abascal ha pasado de esquivar toda pregunta relacionada con este tema a ser directamente un negacionista. La irrupción de Alvise va en la misma línea. ¿El ecologismo vuelve a ser de izquierdas?

No hay nada más natural para un conservador que conservar el planeta. De hecho, los grandes parques naturales de Estados Unidos fueron fundados por el republicano Theodore Roosvelt. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) norteamericana fue fundada por Nixon. Hasta hace poco, el planeta no tenía color político. Era un valor transversal, pues todos vivimos en esta casa y no existe alternativa, no hay Plan-eta B.

La polarización política ha acabado con el sentido común. Ya todo se utiliza en política como arma arrojadiza para provocar confrontación. Esta moda está corroyendo nuestras instituciones y nuestros valores. Para refundar el planeta necesitamos antes regenerar la política. El planetarismo (poner al planeta en el centro) es justo lo contrario del “tribalismo” (“todo para mi saca”) que representa Trump.

En resumen, el ecologismo no debería ser ni de izquierdas ni de derechas; sino propio de las personas sensatas que entienden que es vital cuidar la casa donde viven.

Y para el público no militante, ¿qué puede hacer en su día a día para reducir el impacto negativo al medio ambiente.

¿Militantes? No se trata de política, ni de ejércitos, ni de ser “héroes o mártires del clima”. Se trata de sentido común. Se trata de responsabilidad. Se trata de ciudadanía. De sentirnos que estamos haciendo lo correcto para que nuestros hijos puedan disfrutar el mismo planeta hermoso que vieron nuestros padres.

Desde la Fundación SUSTENTA (www.sustenta.org) estamos lanzando el proyecto Fill the GAP! para crear un movimiento social, una comunidad de visión de personas que permitan poner al planeta en el centro. Ofrecemos “impactos reales para personas reales” para “llevarte el planeta a casa”.

Pero lo más importante es que se trata de sentir. De recuperar la cordura, la conexión con la naturaleza a la que pertenecemos. Recuperar el norte que un día perdimos a bordo del Titanic. Leer el libro puede ser un buen comienzo para virar el rumbo de tu vida.

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