El mundo se nos va de las manos y llegamos tarde para reaccionar. No es exclusiva española tener paranoicos gobernando, están muy bien repartidos. No queremos aprender, la historia está ahí, nos la han escrito, contado y explicado, pero no queremos aprender, o preferimos repetir errores que no hemos sufrido en carne propia. Siguen existiendo los que saben manipular a las masas, despellejarlas, hacerlas pasar frío y ofrecerles después el abrigo que han comprado con nuestro dinero. Consiguen que se lo roguemos de rodillas, se llama comunismo. No es nuevo, nos roban y nos premian con lo nuestro, ha sucedido otras tantas veces y no hace demasiado tiempo, es lo que realmente llama la atención.
Sánchez quisiera tener misiles nucleares para tirárselos a Israel, pero no los tiene. Ha tardado el genocida de Netanyahu cinco minutos en llamar genocida al marido de Begoña Gómez. Pero Putin sí los tiene, y a él también lo eligieron democráticamente los suyos, como a Hitler. “Con su pan se lo coman” que diríamos por aquí, pero no, porque a este nos lo tendremos que comer todos. Si lanza esos misiles, y el terreno ya lo está tanteando, lo sufriremos todos. ¿Quién dijo que la tercera guerra mundial era una quimera?. No será por alicientes, quizás duré poco eso sí, porque no veo a Trump respondiendo. Esperará sentado, chequera en mano, a que los europeos, esos burócratas envejecidos y desengrasados que sólo saben mirarse el ombligo, se defiendan con buenas palabras, para a continuación soltar nuestros billetes comprándole las armas para defenderse.. Demasiado ridículo todo. Porque la OTAN, antaño nombre que al sonar infringía respeto, ha quedado relegada a máquina escacharrada e inservible, que sólo sirve para lamer las botas del Tío Sam, como hizo su querido presidente, o escuchar tonterías como las de nuestro inquilino de la Moncloa. Estamos apañados, más vale que nos compremos ese kit de supervivencia que nos hemos tomado a cachondeo.
La evidencia es que Putin se ríe de Trump, Netanyahu también, retratándolo entre ambos como ese pez que muere por la boca, un bluf al que se le sublevan hasta en casa. Veremos como avanza “Primero van los drones”, la película que ya ha empezado, y que no es la de Amenábar, esa que fue a ver el matrimonio Sánchez-Gómez, tras salir del juzgado, mientras sus socios de gobierno se despellejaban en el gallinero del Congreso. 18 bombas en suelo europeo no son ningún error. A Europa le chirrían las bisagras de una puerta cada vez más oxidada. Asia nos ha adelantado tan deprisa que ni la hemos visto, y detrás de ella vienen otros tantos. Aquí hemos quedado para vivir del cuento y que nos lo den todo hecho. Viva la inmigración irregular, y adelante con la brutal escaladad e los precios de la vivienda, es para lo único que han quedado nuestras señorías de 7.000 eurazos al mes. Paguitas a todo dios, chiringuitos por doquier, subida de impuestos, incremento de costes salariales, recortes de horas, bajada de la productividad...
¿Podemos hacer algo por España?. Estaría bien empezar por dejar de hacer el ridículo. Mientras el planeta, dividido entre ideologías desfasadas que han dejado su utilidad aparcada en el pleistoceno, y una parte ha empezado a matar a tiros a la otra porque no le gusta lo que dice, en España seguimos con un gobierno que ha convertido en realistas los guiones de Torrente. Sánchez & cía se ríen de nosotros sin disimular, nos inflan a impuestos mientras cada vez debemos más y tenemos menos. Tezanos, ese abuelete desvergonzado que nos cuesta 100.000 euros al año, nos suelta que Sánchez arrasaría en unas hipotéticas elecciones, algo que ya no se creen ni los suyos, pero que nos obliga a recordar que el CIS nos cuesta 16 millones al año. Sánchez, saco de huesos demacrado con mirada de psicópata, se sabe acorralado y soñando con un banquillo de acusados cada vez más cercano, lógico que se meta en un cine a ver si se le pega algo del gran Miguel de Cervantes. Al final resultará positivo que haya satanizado a Israel, ya no podremos tener sus armas, seguro que terminaríamos usándolas contra nosotros mismos. Tampoco pasaría nada, con el Constitucional perdonando eres y aprobando amnistías, y la Fiscalía acusando a los jueces en vez a los presuntos delincuentes, o espabilamos los españoles o tenemos Sánchez para tiempo. Ni George Orwell en su novela “1.984” publicada en 1.949, fue capaz de pronosticar tal distopía. Y luego nos preguntamos porque se llegaron a producir guerras tan cruentas en siglos pasados. Joder, queda claro, zumbados los ha habido en todas las épocas, sin excepción... Disfruten lo votado.