Sin embargo, la creciente manipulación de estas opiniones, ya sea por competencia desleal, campañas orquestadas o simple desinformación, ha derivado en un problema de gran impacto económico y social.
Un ejemplo reciente en Ibiza refleja la magnitud del asunto. Una clienta denunció públicamente en redes sociales que un restaurante le había cobrado 12 euros por un gancho para el bolso. La publicación se viralizó de inmediato y generó un fuerte debate en medios digitales, provocando un daño reputacional inmediato para el negocio. Como respuesta, el restaurante solicitó la retirada de la reseña y reclamó judicialmente 36.000 euros a la autora por daños y perjuicios derivados de difamación.
Este caso ha reavivado el debate sobre los límites entre la libertad de expresión y el derecho al honor. La facilidad con la que una publicación puede viralizarse en cuestión de horas plantea riesgos considerables para empresas que, en muchos casos, ven amenazado su futuro por informaciones erróneas o inexactas.
“Las reseñas falsas tienen un poder devastador: pueden arruinar en un solo día el trabajo y la reputación construida durante años por una empresa. Estamos ante un problema que no solo daña a negocios concretos, sino que deteriora la confianza general en el mercado digital”, afirma José Montero.
El reto de equilibrar derechos fundamentales
El debate jurídico gira en torno a una cuestión clave: ¿dónde está el límite entre la libertad de expresión y la difamación? Los expertos coinciden en que compartir experiencias personales es un derecho fundamental que debe protegerse, pero cuando se basa en hechos falsos o manipulados, la empresa afectada debe contar con mecanismos eficaces para defender su honor.
La legislación y las plataformas digitales se enfrentan al reto de encontrar un equilibrio justo. Mientras los usuarios deben poder expresar opiniones legítimas, las empresas necesitan protección frente a campañas de desprestigio sin fundamento. En este sentido, la viralización de información no contrastada se convierte en un arma de doble filo: un recurso de empoderamiento ciudadano que, mal utilizado, puede derivar en consecuencias devastadoras.
Consecuencias económicas y sociales
El impacto de las reseñas falsas va más allá de la reputación. En sectores como la hostelería, el turismo o el comercio electrónico, un comentario viral puede generar cancelaciones masivas de reservas, desplome de ventas y pérdidas económicas que tardan años en recuperarse. Además, el efecto dominó de estas publicaciones contribuye a un clima de desconfianza generalizada, donde los consumidores dudan de la veracidad de cualquier opinión en línea.
Montero subraya que el problema no es únicamente empresarial, sino social: “La viralización irresponsable de noticias falsas no solo destruye negocios, sino que también socava la confianza en la comunicación digital”. Si los usuarios no pueden distinguir entre una reseña verídica y una manipulada, todo el sistema pierde credibilidad”.