El automóvil fue uno de los inventos más milagrosos del siglo XX. Prometía libertad, estilo y utilidad. Pero a veces, como explica Knowles, en lugar de mejorar nuestras vidas, la tecnología simplemente empeora las cosas. Durante el siglo pasado los automóviles llenaron el aire de contaminantes tóxicos y fue protagonista de la contaminación medioambiental. Señala que, por causa de los automóviles, se ha alterado el espacio público y han hecho que muchas ciudades sean más feas, más sucias, menos útiles y más desiguales. Nos han hecho perder nuestro tiempo y nuestro dinero.
En este trabajo se describe el auge del automóvil y los costos que todos asumimos como resultado de ello, rastrea las fuerzas y decisiones que normalizaron los automóviles y consolidaron nuestra dependencia de ellos y nos muestra las formas en que el uso del automóvil ha impactado en la vida de las personas: desde Nairobi, donde pocas personas poseen un automóvil pero la ciudad todavía está envuelta en smog, hasta Houston, donde la autopista Katy Freeway tiene unos apabullantes veintiséis carriles y hay treinta plazas de aparcamiento para cada residente, terreno suficiente para ocupar París diez veces. Los datos confirman que en Europa y Estados Unidos, hay decenas de millones de personas que renunciarían con gusto a ese estilo de vida si tuvieran la opción de vivir en un lugar por el que pudieran caminar. ¿Por qué hay que obligarlas a tener coche e ir conduciendo a todas partes?
La conclusión es que el problema no es el coche en sí, sino que tenga prioridad por encima de cualquier otra forma de transporte y que, por tanto, no sea un lujo o una necesidad ocasional, sino algo que nos vemos obligados a utilizar a diario. El problema es construir nuestras casas y nuestras ciudades de tal manera que lo más importante no son las personas, sino el pavimento. No necesitar tantos coches no es un objetivo arrogante y poco realista. Como propuesta, en este trabajo se ofrecen las soluciones que han desarrollado ciudades como Ámsterdam, Copenhague, Tokio y Nueva York.
Carmageddon (Autocalipsis)
Daniel Knowles
Editorial Capitán Swing