15 DE ABRIL, DÍA DEL SOL
Corea del Norte conmemora los 103 años del fallecido Kim Il-sung, fundador del país
Por Santiago Castillo, periodista, escritor, director de (Asianortheast) y experto en la zona
domingo 19 de abril de 2015, 10:31h
Madrid. Kim Il-sung, el fundador de Corea del Norte en 1948, cumple 103 años y todo el país, al igual que en años anteriores, celebra la efeméride con una serie de actos en homenaje al presidente eterno, que desde 1997, con grandes eventos deportivos y sociales, se recuerda todos los 15 de abril, fecha de su nacimiento, para conmemorar el “Día del Sol”, en una jornada que se muestra un gran respecto al “gran líder”, fallecido en 1994. Kim Il-sung, abuelo del actual líder norcoreano, Kim Jong-un, es recordado todos los años con dos días de fiesta nacional, además los altos funcionarios del país, que participan en la tercera sesión de la XIII Asamblea Popular Suprema, se reunieron previamente en Pyongyang, para rendir homenaje ante las estatuas de sus dos anteriores líderes, el fundador de la nación norcoreana, Kim Il-sung, y su hijo Kim Jong-il, padre del actual líder.
De esta forma, el 15 de abril (el Día del Sol) es ya una fiesta nacional de gran importancia que también es recordada con diversos actos en todas las embajadas norcoreanas presentes en el mundo, que reflejan el verdadero culto a la personalidad de sus líderes, ya que normalmente no celebran la muerte al estar vivo entre los norcoreanos, de ahí que Kim Il-sung es el presidente eterno, “como un Dios”, pues no hay jefatura del Estado y estos dos días son los principales festivos del año, donde se contempla un auténtico culto a sus líderes.
Lo mismo pasa con el “querido” Kim Jong-il, fallecido en diciembre de 2011, padre del actual líder, “el brillante camarada”. Los eslóganes de alabanza a todos ellos ocupan un lugar prioritario y están destinados a promover la fidelidad a la dinastía comunista que gobierna Corea del Norte desde su fundación en 1948.
El culto a la personalidad glorifica a los líderes norcoreanos fallecidos, actos y festejos que simbolizan la idiosincrasia de la sociedad, donde el espíritu de la autosuficiencia basada en el “juche” marca la esencia de todo un pueblo con total adhesión a sus dirigentes. Tanto Kim Il-sung como Kim Jong-il siguen vivos en el pensamiento norcoreano, ya no sólo en sus “pins” sino en la obligación de todos los hogares de tener sus propios retratos como referencias incuestionables de que representan al más allá simbolizando la fuerza y que el quehacer de la vida diaria del país.
Los norcoreanos esperan que estos actos sirvan también para anunciar nuevas recetas económicas que eleven el nivel de vida de sus 24 millones de ciudadanos, incluso se intuye que podría en breve el Parlamento (Asamblea Popular Suprema) anunciar nuevas medidas económicas para tratar de impulsar su economía maltrecha desde los años noventa.
En suma, si el culto a la personalidad ya condiciona muchos aspectos de los norcoreanos, mucho más la implantación de las castas, una estructura piramidal que obstruye el desarrollo del país, que reflejan dónde vivir, las oportunidades de recibir alimentos, educación, encontrar un trabajo o sencillamente gozar de una vida digna, incluso sobrevivir, pero todo radica en una clara violación de la libertad de movimiento y residencia, teniendo en cuenta la discriminación por motivos políticos y religiosos.
De hecho, el actual líder Kim Jong-un ha incrementado el culto a la personalidad, incluso la vida y obra del joven “mariscal” ya es una asignatura obligatoria en la enseñanza secundaria de Corea del Norte, y así poco a poco va preparando su artillería de propaganda para pasar al igual que su abuelo y padre a la inmortalidad, aunque su objetivo vital es la supervivencia del régimen norcoreano, la máxima prioridad, pero su actual política nuclear y económica no está favoreciendo a su desarrollo y frena todos los cambios posibles.
Corea del Norte sabe que debe modificar su propia economía y política, sobre todo cuando Irán ha alcanzado un acuerdo de principios con Occidente en su programa nuclear, e incluso Cuba y Estados Unidos también han avanzado para el establecimiento de relaciones diplomáticas, pues tanto La Habana como Teherán son dos socios importantes para Pyongyang. En definitiva, apertura y reformas que servirán para mejorar el país en todos sus aspectos.
Los actos en honor de los 103 años de Kim Il-sun han coincidido con dos importantes acontecimientos. Por un lado, Ri Sol-ju, esposa de Kim Jong-un, hizo su primera aparición pública en 2015, después de una ausencia de cuatro meses que originó todo tipo de rumores y, por otro, la organización internacional de defensa de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) solicitó esta semana juzgar al actual líder por los "abusos" cometidos por su abuelo Kim Il-sung durante sus largo años al frente del país.
Al igual que el pasado año, el festival de masas norcoreano "Arirang", famoso por sus espectaculares mosaicos humanos y coreografías, no se celebrará en 2015, un acto que sirve para homenajear a sus líderes y este año estaba previsto un magno e impresionante evento también para homenajear la fundación del Partido de los Trabajadores norcoreano con ocasión del 70 aniversario de la ocupación japonesa de Corea.
Todo está listo. El joven líder visita el Palacio del Sol de Kumsusan en Pyongyang para rendir homenaje al cuerpo embalsamado de su abuelo, una fecha que nadie puede olvidar, un acto que simboliza el culto a la personalidad y exterioriza la lealtad al presidente eterno con ofrendas de flores y reverencias, aunque ya sin esos grandes desfiles militares u otras demostraciones de fuerza.
Pero durante toda la semana las alabanzas a Kim Il-sung están repletas en todos los rincones del país. Primero el “gran líder”, después “el querido o amado líder”, Kim Jong-il, y luego vendrá el actual Kim Jong-un, “el brillante camarada”. La dinastía de los Kim sigue su curso.