Solicitar un préstamo personal es algo relativamente habitual en la vida de cualquier consumidor. La utilización del crédito nos permite asumir gastos e inversiones que, de otra manera, no podríamos llevar a cabo de ninguna manera por no disponer del dinero en efectivo necesario. Ahora bien, el hecho de que nos concedan un préstamo personal no es una garantía de que vayamos a aprovecharlo al máximo. De hecho, son muchos los consumidores que utilizan su préstamo de una forma poco eficiente, lo que termina afectando a su nivel de endeudamiento y calidad de vida, cuando el resultado final debería ser todo lo contrario. Presta atención a estos consejos y saca el máximo partido de tu crédito.
Pide exactamente el importe que necesitas
Solicitar más dinero del necesario o redondear al alza la cantidad es una tentación en la que muchos clientes caen cuando van a solicitar préstamos personales.
Es frecuente recurrir a la excusa de pedir algo más dinero para imprevisto o “por si acaso”. Esta forma de proceder está totalmente fuera de lugar.
- Por un lado, cada céntimo que pidas deberá ser devuelto, junto al pago de los correspondientes intereses.
- Además, si solicitas más dinero del que necesitas realmente, es muy probable que termines gastándolo en compras innecesarias, o lo que es lo mismo, estarás viviendo por encima de tus posibilidades. Los préstamos jamás deberían utilizarse para soportar un coste de vida superior, sino para posibilitar operaciones viables pero de cuya liquidez no disponemos en el momento actual.
Finalmente, apurar al máximo el importe solicitado puede tener un beneficio complementario, en forma de un menor coste del préstamo.
- Cuanto menos dinero solicitemos, menos intereses deberemos pagar en total.
- Los préstamos por importes reducidos no necesitan confirmarse ante notario, lo que supone ahorrarse estos gastos.
Los préstamos personales pequeños también suelen prescindir de determinadas comisiones, como la comisión de apertura o la comisión de estudio, lográndose de nuevo un notable ahorro.
Refinanciar un préstamo previo en peores condiciones
Una de las formas más eficientes de aprovechar un préstamo personal es utilizarlo para refinanciar un préstamo previo cuyas condiciones son peores que la financiación que podemos conseguir en el presente.
Si los intereses del anterior préstamo son más elevados que aquellos que se nos ofrece en el nuevo préstamo, vale la pena solicitarlo y utilizar el dinero para cancelar la deuda anterior. Por supuesto, deberá tenerse en cuenta la posible comisión por amortización anticipada, a la hora de comprobar la conveniencia de esta operación.
En el caso de las hipotecas, también habrá que comprobar las posibilidades y consecuencias de la novación y subrogación hipotecaria. Si los costes de una u otra se ven compensados por el ahorro en intereses con el nuevo préstamo, no hay mucho que meditar.
Reunificar deudas anteriores
Este es una operación que sigue el mismo criterio que la anterior.
Con el paso del tiempo puede suceder que hayamos acumulado diversos préstamos y deudas, las cuales tengan sus propias cuotas mensuales.
Si esa situación se nos ha ido de las manos, es posible que la suma de todas esas cuotas represente un importe exorbitado a pagar cada mes. A esto también debemos añadir el hecho de los tipos de interés de algunas de esas deudas contraídas anteriormente también sean menos favorables que los actuales.
En todos estos casos, la reunificación de deudas puede ser una excelente solución. Tan sólo debemos cancelar las anteriores deudas con el dinero adquirido mediante el nuevo préstamo personal. A partir de ese momento, únicamente tendremos que pagar una cuota mensual, la cual habremos ajustado convenientemente para aligerar nuestras cargas financieras.
Amortizar antes de tiempo
Finalmente, la amortización o cancelación anticipada del préstamo personal también supone una excelente forma de aprovechar la financiación conseguida y ahorrar al mismo tiempo.
En este caso, debemos contemplar dos escenarios distintos, de acuerdo con los cuales, la amortización tendrá unas consecuencias sobre el préstamos que nos quede pendiente.
Reducir el total de las cuotas en caso de exceso de liquidez habitual
Por un lado, puede haber casos en los que nuestra situación económica y financiera haya mejorado, y tengamos la certeza de que vamos a disponer de un exceso de liquidez de forma habitual.
En este tipo de circunstancias, el capital extra debería destinarse a amortizar la deuda y reducir el total de las cuotas a pagar. Esto significa que nuestra cuota mensual seguirá siendo la misma pero tendremos menos cuotas pendientes de pagar.
Reducir el importe de las cuotas en caso de incertidumbre
Por otro lado, puede darse el caso de que nuestra situación financiera no haya cambiado especialmente, sino que hayamos obtenido un capital o ingreso de forma extraordinaria. Esto puede deberse a la recepción de una herencia o cualquier fenómeno parecido.
En estos casos, puede que valga la pena proceder a mantener el número de cuotas pendientes a pagar, en cuyo caso la amortización hará que lo que se reduzca sea el importe a pagar mensualmente; es decir, el importe de la cuota mensual.
Se trata de una alternativa de amortización que nos permitirá vivir de forma más desahogada, al tener que pagar un poco menos de dinero, mes a mes.
Todos estos consejos deberían contribuir a que el uso de hagas de tu próximo préstamo personal tenga lugar de la forma más inteligente y eficiente posible. Recuerda que de lo que se trata es de hacer viables operaciones en las que necesitas liquidez. Si puedes conseguir que dicha operación te salga más barata de lo esperado, o bien abarate tu deuda anterior, entonces te garantizamos que estás en el buen camino.