El BCE traslada a la política fiscal la responsabilidad de garantizar el crecimiento
En la conferencia de prensa, la presidenta del BCE, Lagarde, ha abordado la tragedia que supone la guerra en Ucrania. Ha comentado que la guerra tendrá un impacto material en la economía y la inflación de la eurozona, pero que su alcance depende de cómo evolucione el conflicto. Por ello, el BCE ha estudiado una serie de escenarios.
Lagarde afirma que la guerra plantea importantes riesgos al alza para la inflación y a la baja para el crecimiento, lo que se refleja en las fuertes revisiones de las previsiones. Se prevé que la inflación de 2022 se sitúe en una media del 5,1%, frente al 3,2% previsto en diciembre, del 2,1% frente al 1,8% en 2023 y del 1,9% frente al 1,8% en 2024. Lagarde añade que se espera que la inflación se estabilice en el 2% a medio plazo. El fuerte aumento de la previsión a corto plazo se debe en gran medida al aumento de los precios de la energía, y el BCE espera que el impacto se desvanezca con el tiempo.
El retroceso del euro a lo largo de la conferencia de prensa es revelador del hecho de que la aceleración de la QE, combinada con la incertidumbre de las perspectivas, plantea riesgos importantes para el crecimiento económico. Lagarde ha mencionado que los debates en el seno del BCE fueron intensos, ya que algunos miembros querían avanzar, mientras que otros querían mantener la política tal y como está, dadas las incertidumbres de Rusia-Ucrania.
La postura política presentada actualmente es un compromiso que proporciona "la máxima agilidad y flexibilidad". Sin embargo, el BCE debe saber que la guerra en Ucrania podría afectar aún más a las restricciones de la oferta y golpear aún más el sentimiento de los consumidores e inversores, si la desescalada llega mucho más tarde de lo que los mercados esperan. En ese caso, el BCE estará preparado para revisar el tamaño y la duración de las compras de activos, según Lagarde, pero existe el riesgo de que, en ese momento, se trate de volver a meter al genio en la botella.
Y ese es exactamente el riesgo que los mercados empezaron a tener en cuenta a lo largo de la conferencia de prensa. A lo largo de la hora que duró el comunicado, el EURUSD recortó todas sus ganancias posteriores a la declaración y volvió a cotizar a mínimos de la sesión, mientras que los rendimientos de los bonos de la periferia de la eurozona se dispararon drásticamente en respuesta al riesgo de crecimiento y a las señales de una normalización más rápida de la política.
"No estamos acelerando de ninguna manera"
Lagarde se ha asegurado de hacer saber a los oyentes que la decisión de hoy no era para acelerar la normalización, y los mercados no deberían interpretarla como si lo fuera. Ha señalado que la finalización de las compras netas a través del APP es condicional, y que la opcionalidad y la flexibilidad son fundamentales de cara al futuro. La flexibilidad se refleja en la forma en que el BCE aborda ahora la secuencia: el BCE ha cambiado su tono sobre la finalización de la QE, pasando de "poco antes" de las subidas de tipos a que cualquier ajuste "tenga lugar en algún momento después del final de las compras netas", lo que les da la oportunidad de mantener un período más largo de espera antes de empezar a subir los tipos. Esto ha dado a la sorpresa de hoy un matiz moderado; si bien el BCE está deseoso de poner fin a la QE, los mercados no deberían esperar inmediatamente una subida de tipos.