¿De cacique regional a hombre de Estado?

Nada diremos sobre las personas elegidas para pilotar, pues sería caer en la “pequeña política” y los amigos que conocemos nos merecen todo el respeto. Citemos aspectos del discurso. En primer lugar recordemos que empezó diciendo que sus referentes eran Aznar y Rajoy. ¡Ojo! Utilizó la palabra “referente”. Cuando uno recuerda como ambos ex Presidentes de Gobierno dejaron políticamente la democracia española, más desguazada, desigual, y desunida que nunca, bien intuye lo que se puede esperar de políticas que tengan esos “referentes”. Ello se puede ver reforzado por una constante que rezuma el discurso: el PP gestiona mejor las crisis y gestionará mejor…y esa es su propuesta. Pero con eso lo que pretende también es apuntalar un sistema y un régimen que, a nuestro personal criterio, está haciendo aguas y necesita reformas estructurales fundamentales y urgentes. Se necesita un proyecto político para España, no gerentes. Entre otras razones, porque sin esas reformas políticas, institucionales y estructurales la capacidad de gestión diferente se ve muy mermada. Por ejemplo, sin recuperación de la unidad de mercado en España, es inútil pretender que el nivel de desempleo en nuestra Nación se acerque al de las democracias occidentales.

Y aquí nos nace otra preocupación. Se debe a las ausencias en el discurso. ¿Cómo es posible un nuevo proyecto ambicioso sin hablar de aspectos esenciales que nos asuelan? La citada unidad de mercado desaparecida, la educación, esa carcoma destructiva, la situación del estado de derecho y la seguridad jurídica, la antidemocrática Ley electoral...y más. Sería un verdadero desastre que la alternativa, hasta ahora mayoritaria, al SPS, (Sanchopodemismo separatista), una vez desaparecido el centroizquierda en España, no acierte a ver, o no quiera ver, los grandes problemas que están destrozando el bien común de una sociedad que, alguna vez, pretendió ser de ciudadanos unidos, libres, iguales y solidarios. Finalmente, y pese a que el Señor Feijoo ejerció de gallego, vaciando mucho su discurso de contenidos concretos, sí dejó traslucir que apuesta por una alianza con el PSOE para enfrentarse a estos momentos de excepcional crisis…y para librar al mismo PSOE del chantaje del Podemismo anti sistema y destructivo (y librarse él de lo que llama el populismo de VOX). Hemos defendido desde dos lustros al menos la necesidad palmaria de un gobierno de salvación nacional como para no comentar este aspecto.

Por eso queremos recalcar que, en cualquier caso, esta iniciativa llega tarde porque el mal está (muy) hecho. Por ejemplo, ahora se trataría de ir a un Gobierno de concentración nacional…de gestión, cuando las necesidades patrias de reconstrucción van mucho más allá. Señalemos también que es peliagudo crear un Gobierno de salvación nacional cuando ha desaparecido el centro izquierda. No va a negociar con el PSOE de la Transición, sino con el Sanchismo, para salvar un régimen que se tambalea. Y, sobre todo, lo que lleva lustros reclamando un Gobierno de salvación nacional, como sería de cajón en cualquier democracia asentada, no es la gestión, sino el acabar con los problemas del separatismo de base racista, el golpismo regional, la sedición y la pérdida de democracia real y Estado de Derecho en regiones, lo que ha llevado a España a un suicida cantonalismo. Y sobre eso no ha dicho nada. Pero en Galicia ha hecho cosas…que no auguran lo mejor… Esperemos que su análisis sobre los problemas radicales de los españoles, y sus soluciones, cambie al pasar de gestionar una región a pretender recuperar una Nación deconstruida, al tener que pasar de cacique regional a hombre de Estado…