Esta situación debería seguir siendo un motivo de preocupación para los bancos centrales. Hará falta verdadera determinación y unos cuantos movimientos más de los tipos para poder volver a cerrar la caja de Pandora de la inflación.
Aunque puede que la lucha contra la inflación de los bancos centrales ralentice la economía tarde o temprano, no la paralizará por el momento. Lo que vivimos ahora es una
“slowflation” en lugar de una estanflación, es decir, un crecimiento económico más lento con mayor inflación. Los primeros signos de desaceleración los provocan, por ejemplo,
las subidas de precios elevadas en la confianza de los consumidores. El aumento de los tipos de interés hipotecarios podría ralentizar la economía de la construcción, y lo mismo la inflación sobre los precios inmobiliarios.
Además de los bancos centrales, dos conflictos externos están frenando el crecimiento e impulsando la inflación: la invasión de Ucrania y el brote difícil de controlar de la variante ómicron de la COVID-19 en China. Especialmente los efectos de la estrategia “cero COVID” del gigante asiático están ralentizando a economía mundial. China, que ha sido la locomotora de crecimiento durante mucho tiempo, es difícil de sustituir. El país, parte del problema, posiblemente sea también la solución. Si se quiere alcanzar una tasa de crecimiento ligeramente superior al 5% este año (que es el plan del gobierno chino), se necesita una gran dosis de estímulo. Junto con las promesas fiscales para las
inversiones en infraestructuras públicas y las posibles desgravaciones fiscales para empresas, la medida monetaria más reciente ha sido una sorprendente reducción de los tipos en las hipotecas a 5 años para apoyar el mercado inmobiliario.
En general, es probable que el entorno de “slowflation”, con previsiones preocupantes sobre el crecimiento y tasas de inflación históricamente altas, siga siendo un reto para el
mercado. Poco a poco, las grandes caídas de precios en las acciones de algunas compañías de alta calidad y resistencia podrían ofrecer las primeras oportunidades de entrada para los inversores a largo plazo.
Le deseamos mucha resistencia y resiliencia para el viaje que nos espera.