Incide, además, en que “estas cifras, tanto la bajada del desempleo como el aumento de afiliación a la Seguridad Social, suponen la mitad de lo que mejoraron en mayo, y eso que estamos a las puertas del verano. La creación de empleo está desacelerando en un contexto de incertidumbre y cuando ni siquiera un puesto de trabajo supone afrontar los gastos básicos”, reitera.
Pero es el tipo de contratación lo que señala que el paro, aun bajando, sigue haciéndolo con los mismos parámetros de temporalidad. El porcentaje de indefinidos supone el 44,30 % de los contratos. Sin embargo, tras la etiqueta de indefinido caben las mismas formas de precariedad.
Así, el 60 % de ellos “son a jornada parcial o fijos discontinuos, frente a un 39,92 % de contratos indefinidos a tiempo completo. Aunque estos han crecido con respecto a junio de 2021, la subida es mucho mayor entre los contratos a tiempo parcial y, especialmente, los fijos discontinuos, que han crecido casi un 1.000 %. Los fijos discontinuos son los nuevos temporales de constantes bajas y altas, pervirtiendo por completo la figura”, denuncia Pérez.
A jornada parcial o discontinuo, “pero ni siquiera con jornada completa: el problema en muchas ocasiones ya no es tener o no trabajo. Ahora mismo, la inflación se come los salarios, mucho más si no trabajas una jornada completa durante todo el mes. Apostar por sectores productivos que generen empleo estable y de calidad es más importante que nunca: para afianzar puestos de trabajo y para generar riqueza y salarios acordes al precio de la vida”, se reafirma Joaquín Pérez.