En este caso, cada inversor “apadrinaba” un cierto número de plantas de cannabis que presuntamente se cultivaban con fines terapéuticos o medicinales. Se ofrecían fabulosas rentabilidades que oscilaban entre un 7% y un 14% mensual. Existía un “periodo jaula” de 108 días, en el que no se podía retirar la inversión, y un máximo de 90.000 euros por inversor (ya que, de este modo, se garantizaba la inercia en los primeros escalones de la pirámide, sin que se produjera su desplome temprano).
Por supuesto, contaba con un sistema de referidos de forma que los afectados introdujeran en la pirámide a sus familiares y amigos. De esta forma han conseguido estafar a más de 300.000 afectados de toda Europa, casi 40.000 españoles.
Entre las medidas cautelares solicitadas ante la Audiencia Nacional española se encuentra el bloqueo de todas las cuentas de esta organización criminal, y la detención de los principales responsables de esta enorme estafa.