En las rutinas de cada campaña, no hay mayor desafío que el de perfeccionar las herramientas como modelos de inteligencia artificial que permitan medir comportamientos de los ciudadanos y saber cuáles son las necesidades primordiales de cada una de las ciudades y zonas del país en el que se actúa. Se trata, en cierto modo, de cultivar un marketing de proximidad como base para la eficacia de las campañas. Ése es el camino para poder dirigir mensajes de marketing directo a smartphones y conseguir auténtica conexión con nuestro target.
Éste es un proceso dinámico. En los partidos políticos, la tecnología digital permite conocer la percepción del ciudadano para poder fidelizar el voto. En los tiempos que vivimos, hemos de ir directos al grano, tratando de no gastar tiempo en vano y crecer cada vez más y más rápido, construyendo una comunidad de militantes virtuales y haciendo virales los mensajes: yo le llamo el covid-22: un virus benéfico, útil, rentable, que se expande creando más y más beneficios, tanto tangibles como intangibles.
Las compañías están llamadas a ser más competitivas, y eso pasa hoy indudablemente por la robótica y los módulos de inteligencia artificial. Ocurre para las empresas con ánimo de lucro, para las que es vital saber los comportamientos de los consumidores hasta convertirlos en clientes propios y captarlos irreversiblemente.
Siempre ha sido el objetivo de cualquier campaña conocer comportamientos, actitudes… incluso competencias dentro del mercado. Pero hoy la gran noticia es que desde la ingeniería informática se abre un campo de posibilidades casi ilimitado y cuyo techo todavía no conocemos.
La reputación digital es igualmente clave, para cautivar, para emocionar, para constituir vínculos estables y duraderos. Y de la misma forma hemos de trabajar con todos los medios a nuestra disposición la capacidad para sorprender: siempre se espera algo nuevo: de una marca, de un producto, de un servicio. Y esto, sin haber aterrizado del todo en la Era del Metaverso. El futuro es mucho más complejo de lo que imaginábamos, tal vez. Pero la buena noticia es que tenemos Tecnología Digital para controlarlo, dominarlo, rentabilizarlo.