Dice el clásico, en Derecho, que “la función hace al órgano”. Pero, en este caso, no está el órgano precisamente cumpliendo con una función, con una causa no sólo legítima sino absolutamente necesaria, imprescindible: la de conquistar una Igualdad real entre hombres y mujeres.
Por el contrario, desde la atalaya pública, exhibiendo un día en la palestra, y otro también, ideas de bombero, se está propulsando un ‘feminismo ultra’, peligrosísimo, por parte de un grupo de descerebradas e indocumentadas que ejercen como tales, a los ojos de la población española, sin disimulo y con exceso siempre de odio (si es que se puede destilar odio en alguna porción tolerable).
Ese ‘feminismo ultra’ aspira a rebajar la figura del hombre de manera humillante, puja por restarle derechos y libertades, incurre una y otra vez en la exageración y el absurdo, ejerce sin miramientos la violencia de género criminalizando al sexo opuesto -cuya presunción de inocencia, de manera continuada y grave, vulnera-, se deleita en su fatua ferocidad, se agarra al resentimiento y la hostilidad, mira fijamente la venganza… ese ‘feminismo ultra’ e indocto es tan vomitivo, o más, que el machismo más cavernícola porque ambos, en el fondo, nacen de la simpleza neuronal.
No. No es solo una moda trivial, no es sencillamente una plataforma para que, quienes no pueden hacerlo de otro modo -porque no valen ni saben- se ganen la vida con el sudor de la frente de los demás vía subvenciones, salarios y toda suerte de sinecuras. Es un veneno que se inocula día a día, ocurrencia a ocurrencia, sin reservas y sin freno, a tontas y a locas.
En efecto, una de las tareas más urgentes en el espacio público, que más esfuerzos está ya demandando es la supresión del ‘feminismo ultra’, que se ubica en las antípodas del feminismo (el real, el que no entiende de condimentos ni de histerias colectivas) y que está hoy en manos de botarates que levantan su griterío, para molestias de la mayoría absoluta de los españoles, a insoportables e histriónicos decibelios. A falta dramática del uso de la razón.