En un contexto marcado por la inflación y la subida de los tipos de interés para combatirla, el perfil de riesgo de la demanda (Hit-Rate) se situó muy cerca de sus valores más bajos de los últimos años. Así lo refleja el ‘Informe de Tendencias de Crédito’ de enero de 2023, elaborado por la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (ASNEF) y Equifax con el objetivo de ofrecer una visión de las tendencias en la industria del crédito. Así, el perfil de riesgo de la demanda de crédito, que mide el porcentaje de deudores encontrados en el fichero de ASNEF sobre el total de consultas de crédito, continuó con la tendencia bajista del segundo semestre de 2022, situándose en un 83%, uno de sus valores más bajos de los últimos 4 años.
Por su parte, la demanda de crédito global sigue consolidando sus buenos resultados y cerró el año 2022 en un 103%, unas cifras similares a las registradas al inicio de 2020. De esta forma, la demanda de crédito global cerró 2022 demostrando unos niveles muy estables y manteniendo su tendencia positiva.
Por sectores, la demanda de crédito aumentó especialmente en las financieras de consumo y en las micro-financieras, ya que ambas registraron sus valores más altos de los últimos años (con un 141% y con un 160%, respectivamente). Por su parte, la demanda de crédito en el sector de la automoción se mantuvo en niveles estables mientras que, en el caso de la banca, cerró 2022 por debajo de los niveles pre-pandemia.
Respecto al stock de saldo impagado, sigue experimentando un fuerte descenso debido a la venta de carteras de operaciones de varios clientes, por lo que, a pesar de su actual tendencia, habrá que esperar a próximos meses para ver si se mantiene en estos niveles.
En ese sentido, es destacable que la caída se registró tanto en el caso de personas físicas como en personas jurídicas..
Por último, en el ámbito del recobro, durante los últimos meses se experimentaron algunas fluctuaciones hasta cerrar el año en un 91%. Después de alcanzar máximos del 126% en octubre, este indicador, que mide el flujo de recuperación de saldo vencido en gestión, acaba el 2022 en niveles similares a los de antes de la pandemia.