En este proyecto, difundir la relevancia del mensaje es importante y “comercializar la lana Merino original es prioridad, pues así es como conseguimos recuperar y proteger este producto único, así como apoyar a todas las personas que hacen posible su existencia”, explican Xavier Bombardó, consejero delegado de Holistex, y Sonia Castelló, consejera delegada de Katia.
La lana merina ibérica, un tesoro textil sostenible
La lana merina tiene una de las fibras más finas y la calidad, resistencia, durabilidad y versatilidad del hilo que se obtiene la hace más preciada para el sector textil, sobre todo para la fabricación de ropa. Y, en concreto, la autóctona española – pues la oveja de esta raza es original de la Península Ibérica – posee el mayor número de rizos y bucles naturales, lo que aporta más cuerpo, volumen y resistencia a las prendas en comparación a otras, como la australiana o la latinoamericana.
El proyecto Genuine Merino también busca difundir el mensaje sobre cómo al fomentar este producto se contribuye al crecimiento empresarial y a la sostenibilidad: la Lana Merina Autóctona desarrolla las comunidades rurales ganaderas, evita el abandono del campo y colabora en mantener la cultura y la tradición del oficio del pastoreo.
En cuanto al medioambiente, al ser una fibra natural, la lana Merino contribuye a la fijación del CO₂ atmosférico y a la reducción del efecto invernadero, pues casi el 50% de su peso está formado por carbono que proviene de la alimentación del animal y es capturado por la vegetación de la dehesa y la meseta española. Además, el proyecto Genuine Merino también garantiza el bienestar animal, reduciendo al máximo los tiempos de esquila y asegurando que las ovejas han sido criadas de forma extensiva.
“Las microfibras textiles peligrosas para el planeta son las plásticas y sintéticas, pero las fibras de lana son naturales y, por tanto, 100% biodegradables y reciclables”, indica Sonia Castelló, que afirma que “en Katia tenemos trazabilidad completa sobre el origen de este producto y nos encargamos de que llegue al consumidor siendo tan natural como lo ha sido su origen, de modo que cuando la prenda se deseche por el paso del tiempo, tendrá el menor impacto ambiental. Además, la larga durabilidad de las prendas suma a la moda ética en contra de la fast fashion”
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