Dado que el BCE se encuentra muy por detrás de la curva y que el avance desinflacionista ha sido lento, pensamos que el atractivo de una subida de tipos segura resultaría convincente para la mayoría de los miembros del Consejo de Gobierno. De hecho, la Presidenta Lagarde declaró, durante la ronda de preguntas y respuestas, que había una "sólida mayoría" a favor de la decisión de hoy, pese a que "algunos gobernadores" se posicionaron a favor de una pausa para evaluar más datos.
En última instancia, la decisión de hoy responde a la evolución de las perspectivas de inflación a la luz de los nuevos datos económicos y financieros, a la dinámica de la inflación subyacente y a la intensidad de la transmisión de la política monetaria, en el marco del compromiso del BCE con el pronto retorno de la inflación a su objetivo del 2% a medio plazo. Esto sería confirmado con la actualización de las previsiones del Banco, respecto a la revisión de junio, ahora considerablemente más estanflacionistas, en las que el BCE no espera que se produzca un retorno de la inflación al objetivo hasta el tercer trimestre de 2025.
La inflación general prevista se revisó al alza en 0,2 puntos porcentuales para 2023 y 2024, hasta el 5,6% y el 3,2% respectivamente, mientras que para 2025 se revisó ligeramente a la baja en 0,1 puntos porcentuales, hasta el 2,1%. Comparativamente, las previsiones de inflación subyacente se revisaron ligeramente a la baja, reduciéndose en 0,1 puntos porcentuales las previsiones para 2024 y 2025, hasta el 2,9% y el 2,2%, respectivamente.
En cuanto al crecimiento, las proyecciones de los expertos del BCE presentan ahora un panorama considerablemente más sombrío. Tras un estancamiento en la primera mitad del año, los expertos esperan que el crecimiento se mantenga estancado en el tercer trimestre (0,0%) y "moderado" en el cuarto (0,1%), ya que la actividad manufacturera sigue siendo débil y se espera que la de los servicios se ralentice.
Esto contrasta con la tasa de crecimiento trimestral prevista del 0,3% en el tercer trimestre y del 0,4% en el cuarto trimestre en junio. Las rebajas del crecimiento no se detuvieron ahí, ya que la proyección para 2024 se redujo en 0,5 puntos porcentuales, hasta el 1%, como consecuencia de los efectos indirectos del segundo semestre de este año, mientras que la tasa prevista de crecimiento del PIB en 2025 se redujo en 0,1 puntos porcentuales, hasta el 1,5%.
Aunque el BCE y la presidenta Lagarde intentaron mantener la opcionalidad en las próximas decisiones, retirando la dependencia de los datos, es difícil ver más allá del lenguaje de la declaración de tipos que sugiere que el BCE responderá a cualquier nueva señal de persistencia de la inflación alargando el tiempo en el que el tipo de depósito se mantiene en el nivel actual, en lugar de llevar a cabo nuevas subidas de tipos.
En última instancia, la declaración ha apuntado a que "si se mantienen durante un período suficientemente largo, los tipos de interés contribuirán sustancialmente a que la inflación vuelva a situarse oportunamente en el objetivo". En pocas palabras, parece como si el Consejo de Gobierno hubiera llegado a un acuerdo. Los halcones obtuvieron la subida de 25 puntos básicos que sugería el impulso de la inflación subyacente, mientras que las palomas obtuvieron un reconocimiento temprano de que el listón para reanudar el ciclo de subidas es ahora tan alto que es poco probable que se alcance.
Esto coincide con nuestra opinión de que un empeoramiento de las condiciones de crecimiento de aquí a finales de año impediría cualquier nueva acción del BCE y que la última subida es probablemente la última del ciclo. De cara al futuro, esperamos que los tipos de interés de la zona euro se mantengan indefinidamente, y es poco probable que se produzcan recortes de tipos hasta la segunda mitad de 2024, como muy pronto.
Con los mercados de swaps atribuyendo una probabilidad de subida de tipos del BCE de tan sólo el 60%, había margen para un pequeño repunte del EURUSD si el banco central decidía subir los tipos hoy, debido al relativo factor sorpresa y al estrechamiento de los diferenciales de rentabilidades con EE. UU. O al menos en teoría.
Sin embargo, advertimos que podríamos ver otro desenlace menos favorable para el EURUSD, señalando que la decisión de subir coincidiría con un desgarrador conjunto de ajustes de las previsiones, lo que no sólo aumentaría la probabilidad implícita de una recesión en el continente, sino que también llevaría a los mercados a aumentar el ritmo del ciclo de flexibilización en 2024. Y esto es lo que finalmente ocurrió.
En consecuencia, el par cayó durante la rueda de prensa aunque también como respuesta a los datos de ventas minoristas y de inflación de los productores de EE.UU, que se sumaron a la narrativa de crecimiento divergente que sigue pesando sobre el par de divisas.