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La salud física y mental en las crisis económicas: ¿cómo afecta la pobreza a las personas?

La salud física y mental en las crisis económicas: ¿cómo afecta la pobreza a las personas?
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· Las consultas psicológicas pueden representar un gran apoyo en estos tiempos adversos

viernes 15 de diciembre de 2023, 08:13h
Las crisis económicas dejan una marca muy grande en la psique, siendo la causa principal de los problemas y trastornos físicos y emocionales, en este sentido, se debe hacer lo posible para mantener la sanidad mental incluso en las situaciones económicas más difíciles. La dura situación económica por la que está pasando el mundo tiene fuertes repercusiones en la salud mental. La ansiedad constante por el dinero es fácil de notar, obviamente, pero ambas variables (economía y salud mental) se relacionan de maneras complejas que, a fin de cuentas, terminan perjudicando enormemente a toda la población.

El fuerte estrés psicológico que provoca la falta de dinero puede traducirse en conductas dañinas para intentar aliviar la ansiedad, como son el abuso de sustancias, excesos de comida, comportamientos de alto riesgo o hasta conducta suicida. Se provocan, también, alteraciones en el sueño. Todo esto crea más obstáculos para obtener ingresos económicos, pues afecta la productividad y deja a las personas en un abismo mayor, creando un ciclo negativo.

Dicho en palabras concretas: ser pobre es malo para la salud. La dura realidad que se vive en la sociedad actual es prácticamente una epidemia psicológica de las personas, siendo la principal causa de patologías como la depresión, la ansiedad, los trastornos de la personalidad, entre muchos otros. Todo esto, aunado a las diferentes consecuencias a la salud física, demuestran lo difícil que es pasar por una situación económica desfavorable.

Una epidemia de trastornos psicológicos

Las crisis económicas tienen un efecto duradero en la salud mental, lo cual, a su vez, exacerba las dificultades económicas. Las personas con problemas psicológicos suelen presentar bajo rendimiento laboral, bajos ingresos, uso desmedido de los servicios de salud mental e incluso actividad criminal, lo cual afecta tanto a la persona como a su entorno.

La inseguridad económica, entonces, es un problema con muchas aristas, que requiere cambios en diferentes áreas para poder solucionarse. Sin embargo, cada persona tiene el poder individual de paliar las consecuencias producto de su situación económica negativa. Mientras mejoran las finanzas personales, se puede trabajar en evitar que se produzcan trastornos psicológicos importantes.

Una excelente decisión, por supuesto, es ir a un psicólogo. Estos especialistas se encargan de tratar los diversos problemas emocionales provocados por las dificultades económicas, encontrando la manera de que el paciente logre enfrentar sus emociones y sentirse mejor.

Aquellas personas cuya situación económica sea bastante grave, y no tengan la opción de acudir a un consultorio privado, también tiene alternativas para recibir atención psicológica. Existen muchos hospitales públicos y organizaciones sin ánimo de lucro que ofrecen consultas psicológicas gratuitas que, aunque no son tan efectivas como las privadas, funcionan para que los más afectados por las crisis puedan contar al menos con un poco de ayuda.

El rol del psicólogo

Desde el punto de vista del psicólogo, trabajar con pacientes desfavorecidos presenta grandes obstáculos que es un gran reto a superar, pero sí es posible hacerlo. El contexto socioeconómico cambia la dinámica completamente, por lo que el profesional debe tener muy en cuenta la realidad del paciente y su capacidad (o dificultad) para acceder al servicio de salud mental con constancia.

El psicólogo debe adaptar sus intervenciones para tener en cuenta las limitaciones que presenta el paciente, tanto en tiempo como en recursos. Es muy posible que la persona no pueda acudir cada semana, por lo que el proceso de terapia debe estar pensado en base a esto, variando las técnicas y métodos para asegurar la máxima eficacia dentro de tal situación.

Es recomendable, además, que el psicólogo trabaje en red con otros profesionales y organizaciones para guiar al paciente hacia una mejora de su situación monetaria. Incluso las ONG, con sus programas para promover la salud mental, podrían ayudar a cubrir los costes de las sesiones privadas para personas de bajos recursos mediante recursos comunitarios.

Como se puede inferir, el trabajo de un psicólogo frente a un paciente con problemas económicos es complejo, pero con una buena disposición y constancia se pueden obtener buenos resultados. Es necesario que el profesional ponga algo más de esfuerzo, pues la realidad económica hace difícil que se pueda solventar el problema, pero es posible centrarse en las fortalezas emocionales para producir un cambio positivo en la salud mental del paciente con bajos recursos.

Es importante que el propio psicólogo también sea parte del cambio. Muchos especialistas alternan sus consultas privadas con trabajos en instituciones públicas, pues también desean ayudar a aquellas personas que no cuentan con la posibilidad de agendar sesiones en un consultorio.

El efecto de la crisis en la salud mental infantil

Las dificultades económicas tienen un efecto muy negativo en la salud mental de los niños. La infancia es un proceso de desarrollo que se ve alterado por las influencias perjudiciales de las crisis, las cuales pueden generar consecuencias psicológicas que, posiblemente, afecten al niño por el resto de su vida.

Las personas en sus primeros años de vida se encuentran más vulnerables, pues apenas están comenzando su desarrollo cognitivo. Las consecuencias de vivir en un ambiente desfavorecido pueden provocar alteraciones importantes en los patrones de actividad cerebral: la desnutrición, la falta de higiene o la inseguridad frente a enfermedades tienen un efecto a largo plazo en este sentido.

Los problemas emocionales de los padres, además, pueden verse reflejados en los niños debido al entorno negativo producido por las dificultades económicas y todo lo estas generan. Es muy común que los padres sufran de estrés y ansiedad, y si no lo saben manejar, pueden tener conductas negativas hacia los hijos, lo cual termina generando trastornos conductuales en los niños y adolescentes.

Es importante que los padres, además de encontrar una solución a sus problemas económicos, lleven a sus hijos a consulta psicológica. Apenas se vean síntomas de algún problema emocional, lo ideal es que un especialista certificado revise el caso del niño y brinde las recomendaciones pertinentes para mejorar su estado de salud mental.

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