Lejos de la común usanza y el uso corriente del rápido vistazo puntual, al observar con calma y profundidad se debe mirar atentamente lo que está y se ve, para distinguir porque no está lo que se supone que por activa o por pasiva también debería de estar y verse, pero que resulta que por algún motivo ahora ahí no está. Y mientras no se encuentre la razón de la ausencia detectada no se habrá comprendido el porqué del todo ni se habrá terminado un proceso analítico que a fuerza de insistir sin apretar más de la cuenta al final acabará explicándose si se persiste lo suficiente.
El avance sesudo y sólido se produce con paciencia dando un paso adelante para retroceder a comprobar si se puede sobre el anterior dar con seguridad el paso siguiente por el mismo camino, o ante cualquier atisbo de inseguridad mejor para garantizarnos la continuidad de la supervivencia de la sabiduría adquirida lo descartamos y se vuelve a empezar por una vía diferente.
Se trata de armar o desarmar, según el caso, un rompecabezas sin unas instrucciones exactas que no hacen falta, por ello ni para lo primero ni para lo segundo se cuenta con guía, pero donde mediante el método de prueba y error, el segundo abre la puerta a la primera, se termina sabiendo y asumiendo que a su manera encajan todas las piezas.
Sin despreciarla no buscamos la definición como un fin, dado que por extensa que esta sea siempre viene acompañada por la limitación propia que sin poderse evitar se presenta al definir, y que dimana del contorno nacido al dibujar su frontera por el alcance del pincel construido con las cerdas de la denotación de las palabras utilizadas para su expresión.
Perseguimos encontrar y comprender en cada situación el concepto o los conceptos que la conforman, aspiramos a ubicarlos y ordenarlos de forma lógica en la oquedad de nuestra cabeza de manera rápida y simultánea, sin soluciones de continuidad.
Y así por un lado queremos fusionarnos con él [el concepto] en tanto que forma de entendimiento práctico y útil con base en la diferente connotación que mejor proceda para cualquier ocasión. Y por otro lado en tanto que entidad elemental que abarca el ser y el no ser sustantivo de cualquier engranaje dotado de holística y formado como mínimo por una partícula, por un fundamento y por un rudimento, queremos incorporarlo a nuestro imaginario así como percibir desde fuera y desde dentro su acoplamiento en el universo que lo rodea y del que se alimenta y al que alimenta; y todo ello con independencia, tal detalle no importa, de que estemos ante un tangible, un intangible; o incluso un cronopio.