Y ser primero está muy bien pero ser segundo tampoco está nada mal aunque no se acuerde la historia de uno; lo que por otro lado no siempre necesariamente perjudica.
Dicen sus observadores y estudiosos que los simpáticos pingüinos para asegurarse de la no presencia en el océano de sus naturales depredadores las orcas, por el riesgo que ello les supone, empujan al que está más próximo al borde del témpano de hielo, siendo por tanto el agraciado el primero en zambullirse aunque lo sea por imposición, y si este tras el remojón no es alimento de las ballenas asesinas, entonces el segundo y los demás ya más tranquilos se lanzan al agua.
Reivindico, sin la aviesa intención del pingüino, la búsqueda e investigación de lo segundo sobre todo por el esfuerzo intelectual que exige y el riesgo de asumir la posible injusticia que se puede cometer en más de una ocasión cuando se pretende jerarquizar con precisión y exactitud quirúrgica.
Lo segundo, lo primero es su inabarcable extensión, que más me sorprende e impresiona de la naturaleza es su capacidad para la mutación en aras de la adaptabilidad.
Lo segundo, lo primero es su capacidad de adaptación para sobrevivir en cualquier entorno, que más me admira del ser humano es que en su naturaleza puede integrarse la más terrible de las crueldades y la mayor de las miserias junto con la máxima ejecución de la generosidad y del altruismo.
Lo segundo, lo primero es que me hace sonreír, que más me gusta del humor es que intrínsecamente siempre implica un punto de crítica, en muchas ocasiones no exenta de inteligencia.
Lo segundo, lo primero es su exactitud, que más envidio de la matemática es que nunca tiene que hacer ninguna concesión ni siquiera a la propia realidad; es lo que es, te guste o no, y punto.
Lo segundo, lo primero es que acumula excedente mediante la adición o la suma, que más utilizo en mi gestión económica es la operación de la resta en tanto que operación de supervivencia, pues permite calcular lo que queda tras consumir ahora parte de lo que se tiene disponible. Si hay un león y dos cebras, y en vez de las dos cebras en su cálculo de supervivencia el león primero se come hoy solo una, al león le queda la segunda para comer mañana y a la cebra no devorada le queda un día más de vida.
Lo segundo, lo primero es la cantidad de conflictos y enfrentamientos que evita, que distingue al derecho es su carácter normativo, bilateral, coercible, con una pretensión de inviolabilidad, y una manifestación como sistema estructurado que aspirar a poseer una proyección de justicia.
Lo segundo, lo primero es que nos proporciona conocer y saber de dónde venimos, que más me satisface de la historia es que con su labor investigadora nos facilita entender el porqué de quienes colectiva e individualmente hemos llegado a ser.
El segundo, el primero en hacerlo ha sido obviamente el autor, que cuando lo termine habrá leído este texto será usted y si no fuera por usted que generosamente se presta al papel de segundo lector; realmente ¿Tendría algún sentido haberlo escrito? Ninguno, sin duda hubiera sido bastante más útil seguir buscando otros que merezcan la calificación de “Lo segundo”.