En este clima de confrontación, Orriols ha lanzado comentarios contundentes sobre temas de inmigración y cultura. En uno de sus últimos discursos, criticó duramente las prácticas que considera contrarias a los valores catalanes: "No hay nada más de extrema derecha que tapar los cabellos de una niña de 8 años con un 'trapo' para que no provoque sexualmente a los compañeros de aula. Esta visión pederástica y misógina que los islamistas nos quieren imponer no tiene cabida en nuestra casa".
La líder de Aliança Catalana también abordó el impacto de la inmigración en Cataluña, un tema que ha resonado en su campaña. Según Orriols, la llegada de 151.000 inmigrantes en el año 2022 está ejerciendo una presión insostenible sobre la sociedad catalana, afectando desde el idioma hasta la economía local. Criticó el descenso en el uso del catalán, la calidad de la educación, la depreciación salarial, y el incremento en las demandas sociales como la atención médica y la asistencia alimentaria.
En un tono desafiante y crítico hacia lo que ella denomina "la casta política", Orriols ha expresado su descontento con los partidos tradicionales que, según afirma, han monopolizado el poder y los recursos: "No tenemos ni su presupuesto ni medios de comunicación públicos y privados a disposición, pero incluso yendo con un zueco y una alpargata hemos hecho tambalear toda la casta política".
A pocos días de las elecciones del 12 de mayo, la candidatura de Sílvia Orriols se presenta como una alternativa radical que busca romper con el status quo y replantear el futuro político de Cataluña. Con una campaña que no se ha negado a tocar los temas más sensibles y divisivos, Orriols espera convencer a los votantes de que es tiempo de un cambio profundo, no solo en la política, sino en la sociedad catalana en su conjunto.