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EL 50% DE LA POBLACIÓN EN CONTRA

Qazaqstán celebra un referendum vinculante para decidir si construye su primera central nuclear

· Qazaqstán es el primer productor del mundo de uranio, pero carece de centrales de energías nuclear, y hoy el 98,2 % de la producción mundial se concentra en solo diez países, entre las que se encuentran sademás Canadá, Australia, Níger, Rusia, Namibia y Uzbekistán

By José Luis Barceló Mezquita
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viernes 04 de octubre de 2024, 19:03h
La nación kazaja se abre hoy de nuevo a la controversia nuclear, como cualquier estado avanzado del mundo.
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La nación kazaja se abre hoy de nuevo a la controversia nuclear, como cualquier estado avanzado del mundo.

El próixmo de octubre de 2024 se va a celebrar un referéndum sobre la construcción de la primera central nuclear de Kazajistán. Hasta el país de Asica Central se ha desplazado nuestro Director, José Luis Barceló, el único periodosta español acreditado en el proceso y que nos desarrolla en este trabajo la información recabada sobre el terreno. Esta iniciativa tiene como objetivo reducir la dependencia de los combustibles fósiles, frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y reforzar la generación nacional de electricidad en vista de los frecuentes cortes de energía de los últimos años. Qazaqstén es también un gran productor global de gas y petróleo, pero a pesar del dominio sobnre estas materias estragéticas, el presidente Kassym-Jomart Tokayev propuso por primera vez la idea de celebrar un referéndum ya en 2019 y también en septiembre de 2023,. Este referéndum, que se considera vinculante, se va a llevar a cabo para abordar la necesidad del país de desarrollar energía nuclear, aprovechando el estatus de Kazajstán como el mayor productor de uranio del mundo. En junio de 2024, el presidente Tokayev anunció que el referéndum se celebraría en otoño, y que el Gobierno determinaría la fecha específica, producièndose este domingo 6 de octubre.


Si la mayoría de los votantes apoya la iniciativa, se construirá una planta de energía nuclear en el pueblo de Ülken, cerca del lago Balkhash. El presidente Tokayev ha descrito esta iniciativa como esencial para establecer una fuente de electricidad estable en el país. Sin embargo, los ecologistas y residentes locales ven la propuesta como potencialmente peligrosa, citando preocupaciones por los niveles de agua ya inestables en el lago Balkhash. Además, los activistas políticos critican la posibilidad de que Rusia sea elegida como constructora de la planta, lo que incrementa la presión de algunas agrupaciones políticas y sociales locales.

Desde que obtuvo la independencia, Kazajstán ha considerado repetidamente la construcción de una planta de energía nuclear. La necesidad de una instalación de este tipo fue expresada públicamente por primera vez en 1997 por el entonces Ministro de Ciencia, Vladimir Shkolnik. La idea de construir una nueva planta ganó impulso a fines de la década de 1990, después del desmantelamiento del reactor BN-350 de la era soviética en el Combinado de Energía Atómica de Mangyshlak (MAEK) en la ciudad de Aqtau, que había proporcionado electricidad, agua desalinizada del Mar Caspio y plutonio apto para armas nucleares soviéticas. El MAEK se cerró en 1999 debido a las preocupaciones sobre el envejecimiento de la infraestructura y los riesgos de proliferación nuclear, especialmente después de que Kazajstán ratificara el Tratado de No Proliferación Nuclear en 1994. El desmantelamiento contó con el apoyo de socios internacionales, en particular del Organismo Internacional de Energía Atómica y el Departamento de Energía de los Estados Unidos.

Socialmente, la contriversia viene profundizada además por el hecho de que en los tiempos de la URSS el Sitio de pruebas de Semipalátinsk, en el propio Qazaqstán, se desarrolló como la principal instalación de pruebas nucleares de la antigua Unión Soviética. En 1949, la Unión Soviética realizó su primer ensayo nuclear, la RDS-1, en estas instalaciones. Está situada en la estepa en el noreste de Kazajistán, al sur del valle del río Irtish. Los edificios científicos se encuentran 150 km al oeste de la ciudad de Semipalátinsk (rebautizada Semey tras la independencia de Kazajistán), cerca de la frontera oriental de la provincia de Kazajistán Oriental y la provincia de Pavlodar. Allói se realizaron al menos 500 pruebas nucleares, es probable que fueran más, y estña vetado el acceso, el cultivo o habitar ese territorio.

Pero en estos momentos no se está hablando de proliferación nuclear, sino de que Qazaqastán, que lidera la producción de uranio para otras potencias de la energóia nuclear, también pueda satsifacer sus necesidades de crecimiento energetico y salir airosamente de la crisis que amenaza todas las economías avanzadas: no tiene sentido que la materia estratégica que disfriutan otras naciones del mundo no la pueda disfrutar la propia potencia productora.

A lo largo de los años, Kazajstán ha revisado repetidamente la idea de construir una nueva planta de energía nuclear, con varias ubicaciones propuestas, incluida la ciudad de Kurchatov, el pueblo de Ülken en las orillas del lago Balkhash o el sitio de la antigua planta MAEK en Aqtau. Se han realizado esfuerzos gubernamentales, incluida la cooperación internacional con Rusia, Francia, Japón y Corea del Sur para realizar estudios de viabilidad, para apoyar cada propuesta de proyectos de plantas nucleares.

Sin embargo, estas propuestas de energía nuclear se han enfrentado a una oposición significativa, que surgió en medio de la controversia alimentada por la historia de Kazajstán de problemas ambientales y de salud pública debido a las pruebas de armas nucleares soviéticas en Semipalatinsk-21, así como temores más amplios derivados del desastre de Chernóbil y el accidente nuclear de Fukushima. Además, las preocupaciones sobre la participación rusa se han incrementado debido a los riesgos relacionados con la seguridad ambiental y los intereses geopolíticos.[17][18] Los proyectos de desarrollo se han enfrentado repetidamente a retrasos o cancelaciones debido a la indecisión de las figuras clave y los intentos de negociar precios más bajos.

Desde 2014, Kazajstán ha firmado acuerdos de memorando separados con Rusia y Japón con respecto a la construcción de una planta de energía nuclear, con la construcción programada inicialmente para comenzar en 2018. Sin embargo, en 2015, el proyecto se pospuso indefinidamente debido a un excedente de electricidad y la incertidumbre económica. Para 2016, se reveló que la construcción de la planta de energía nuclear se retrasaría hasta 2023, ya que no se esperaba escasez de electricidad durante el período de siete años.

El presidente Kassym-Jomart Tokayev ha enfatizado en numerosas opcasiones las decisiones sobre la posible construcción de una planta de energía nuclear no podían tomarse sin considerar la opinión pública. Poco después de su elección como presidente en junio de 2019, Tokayev reconoció que las discusiones sobre el proyecto estaban en curso, subrayando que se realizarían consultas públicas con los ciudadanos si fuera necesario e indicando que también se podría realizar un referéndum sobre la iniciativa.
Kanat Bozumbayev, el Ministro de Energía, confirmó que la construcción de una planta de energía nuclear no estaba en los planes inmediatos del ministerio, pero podría considerarse en la próxima década. En mayo de 2021, Tokayev declaró que era prematuro descartar la energía nuclear en Kazajstán, enfatizando su dependencia del mundo desarrollado, y si bien el gobierno no apresuraría la construcción, tampoco debería demorarse, destacando la necesidad de una comunicación continua con los ciudadanos para abordar sus preocupaciones. En junio de 2021, el ministro de Energía, Nurlan Nogaev, reafirmó el compromiso del presidente Tokayev de evaluar la opinión pública sobre la energía nuclear. Identificó a Ülken y Kurchatov como sitios potenciales para una futura planta de energía nuclear. En septiembre de 2021, en el Foro Económico Oriental, Tokayev enfatizó la necesidad de avanzar, afirmando que era hora de "considerar sustancialmente" el tema y en en junio de 2022, el pueblo de Ülken fue seleccionado oficialmente como el sitio para la planta después de extensas evaluaciones.
A pocas horas de que se abran las urnas para el referéndum, la ciudadanía de Qazaqsatán se encuentra dividida acerca de la construcción de una futura central nuclear en su país, lo que lo sacaría, sin duda, de una innecesaria penuria energética para un país que es casi 7 veces España pero con la mitad de habitantes: una central nuclear resolvería sus necesidades por, al menos, medio siglo.

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