El avance de la inteligencia artificial es innegable y abarca todos los ámbitos, desde los sectores más tecnológicos hasta el usuario común. Por eso, la irrupción de esta tecnología ha impactado a la mayoría de los ámbitos laborales. De hecho, según HubSpot, el 88% de las empresas españolas considera que la inteligencia artificial juega un papel imprescindible en su trabajo. Sin duda, todo indica que cada vez serán más los trabajadores que hagan un uso diario de estas herramientas. En el caso del sector financiero la digitalización se perfila como el eje central de su futuro.
Según Wolters Kluwer Tax & Accounting, el 57% de los profesionales fiscales y contables creen que los avances de la IA tendrán un impacto significativo en la industria. Aunque la adopción de herramientas de IA generativa (GenAI) aún está en sus primeras fases, el sentimiento general es positivo, con solo un 15% de opiniones negativas, según la multinacional.
En el sector financiero, la IA puede ser de gran ayuda para la planificación financiera y la toma de decisiones estratégicas. Su capacidad de análisis predictivo permite identificar tendencias del mercado, evaluar riesgos y anticipar movimientos de cobros y pagos en función del historial de clientes y proveedores. Esto facilita una gestión financiera más eficaz y una estrategia de liquidez ajustada en tiempo real, basada en datos históricos y actuales.
Más allá de su impacto en la estrategia financiera, la IA juega un papel clave en la automatización de procesos. Facilita un procesamiento eficiente de transacciones, optimiza la liquidez y mejora la conciliación bancaria, al mismo tiempo que reduce errores humanos. Además, contribuye a mejorar la relación con los clientes, ofreciendo respuestas más rápidas y precisas, mejorando así la experiencia del usuario.
Esto nos lleva a otra de las principales ventajas destacadas de la implementación de la IA en el sector: aliviar a los equipos financieros de labores repetitivas. Este hecho tiene un impacto muy positivo, ya que mejora la satisfacción laboral al reducir la carga de trabajo rutinaria. Al liberar tiempo, los profesionales pueden enfocarse en tareas más analíticas y estratégicas, lo que ha demostrado reducir el estrés y el aumentar la motivación, al permitirles realizar trabajos más creativos y de mayor valor añadido. Esto se reduce en una mayor retención del talento dentro de los equipos financieros.
Un ejemplo de ello es el caso de Cooltra, donde la implementación de Embat ha tenido un impacto tanto operativo como motivacional. La automatización ha permitido que el equipo financiero gane en eficiencia, sino también ha reforzado su implicación y sentido de pertenencia. Al participar en todo el proceso, desde la definición del problema hasta la implementación y optimización, los profesionales han visto cómo su trabajo evoluciona y genera un impacto real en la empresa. Gracias a la automatización de 50.000 transacciones, ahora el propio equipo financiero de Cooltra identifica proactivamente oportunidades de mejora y colabora con la fintech para seguir avanzando en la transformación del departamento financiero.
No obstante, las empresas pueden enfrentar ciertos desafíos al implementar la IA. Uno de los más comunes es la resistencia al cambio, ya sea por el miedo de los empleados a aprender nuevas habilidades o su dificultad para adaptarse. Para evitar que este problema se agrave, es fundamental una buena formación a los trabajadores y garantizar una integración transparente y honesta.
En conclusión, la inteligencia artificial no debe percibirse como un sustituto de las personas, ya que los profesionales aportan creatividad y la estrategia, elementos irremplazables. Debemos percibirla como una herramienta que puede ayudar, mejorar y aliviar a los profesionales y hacer más fácil y satisfactoria su labor.
Si (
No(
