www.elmundofinanciero.com

Edadismo en las Finanzas: ¿Desperdiciamos el valor de la experiencia?

· Por Montse Cespedosa, experta financiera y CEO en MC Group ( www.montsecespedosa.com)

Montse Cespedosa, experta financiera y CEO en MC Group.
Montse Cespedosa, experta financiera y CEO en MC Group.
A los 50 años, muchos profesionales descubren un nuevo techo de cristal. De repente, empiezan a contar menos con ellos. No por falta de talento o experiencia, sino por una simple y demoledora razón: el mercado ha decidido que ya han dado todo lo que tenían que dar y están desfasados. Cuando vas a una sucursal bancaria, verás un señor de 50 años en caja y un chaval de 30 años de director de oficina. En muchas ocasiones la banca va relegando a puestos inferiores a los directores experimentados por edad, porque no los pueden moldear ni presionar y ya no temen la llamada del Director de Zona. Los cambian por gente joven con ganas de prosperar y aprender como es lógico, pero ojo con la mitad del salario que pagaban al experimentado señor que ahora está en caja.

Probablemente entre trienios, consolidación de categoría (no es lo mismo un Jefe de 4ª que un Jefe de 6ª) y varios pluses que sólo cobran los antiguos, aunque le quiten el complemento por ser director y el variable cobrará más el de caja que el joven director

Este fenómeno tiene nombre: edadismo. Y aunque es una realidad extendida en muchos sectores, en el mundo financiero se manifiesta con particular crudeza.

Cuando la experiencia se convierte en una etiqueta

He trabajado más de 27 años en la banca. He formado equipos, gestionado carteras complejas y acompañado a cientos de clientes en sus decisiones financieras más importantes. Sin embargo, cuando decidí dejar la banca con 54 años y emprender, la gente mi tildó de loca. ¡¡¡Dónde iba a ir después de toda la vida en banca, a mi edad, si igual hasta en un par de años me jubilan!!!

Si precisamente los mayores de 50 años tenemos experiencia…mucha experiencia. Hemos vivido ciclos económicos, crisis globales, fusiones, disrupciones tecnológicas y cambios regulatorios.

El edadismo actúa como un sesgo invisible pero poderoso. Se asume que a partir de cierta edad uno deja de estar actualizado, que pierde agilidad o que no se adapta al cambio. Pero, ¿de verdad la capacidad de adaptación tiene fecha de caducidad? ¿O es más cómodo apostar por lo “nuevo” sin evaluar el coste del desaprovechamiento del conocimiento acumulado?

La falsa dicotomía: juventud vs experiencia

En el sector financiero, donde las decisiones se toman con datos, análisis y visión estratégica, el cortoplacismo con el que a veces se descarta a profesionales mayores resulta paradójico. La verdadera ventaja competitiva no está en la edad, sino en la combinación de saberes. La digitalización no es patrimonio exclusivo de los jóvenes, como tampoco la sensatez lo es de los mayores. Necesitamos equipos intergeneracionales, donde se valore tanto la energía como la perspectiva, la frescura como la memoria institucional. Los 50 de ahora no son los de hace 20 años, ¿cuántos de vosotros estáis en RRSS, habláis de IA y estáis corriendo carreras de 10 K o jugando a tenis pegando palizas a vuestros hijos?

Una mirada más rentable y humana

La inteligencia financiera también consiste en saber dónde invertir. Apostar por la experiencia no es un gesto altruista, es una inversión rentable. Un profesional con décadas de trayectoria no solo aporta conocimiento técnico; ofrece resiliencia, red de contactos, intuición basada en vivencias reales y una comprensión profunda del comportamiento financiero humano.

En el sector financiero la experiencia no caduca, se capitaliza y aporta mayor valor

Es hora de que las empresas, los medios y las instituciones revisen sus políticas de contratación, promoción y representación.

Como consultora financiera, he comprobado que los clientes siguen buscando algo que las hojas de cálculo no pueden ofrecer: CONFIANZA. Y la confianza, en finanzas, se construye con tiempo, coherencia y resultados. Justo lo que da la experiencia.

El edadismo no es solo una injusticia. Es, sobre todo, una miopía estratégica. Cambiarlo no solo es lo correcto: es lo más inteligente.

Y en el sector financiero para negociar, gestionar, asesorar en mil situaciones diferentes por las que pasan nuestros clientes, la diferencia entre tener experiencia y ser un joven con ganas, es que le puedes evitar que pierda las arras a tu cliente, reconducir una operación de financiación empresarial vital o planificar una cartera de inversión en base a tu conocimiento del mercado.

¿O le llamamos edadismo a la posibilidad de contratar a un chaval joven por la mitad de lo que vale un cincuentón rodado con experiencia?

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)
Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios