Según Torrella, el contexto era propicio para un rebote: “En abril se habían acumulado ya varias señales técnicas que apuntaban a una posible recuperación: amplitud de mercado, volatilidad extrema y un pesimismo generalizado. La subida de hoy confirma ese diagnóstico”.
Desde Gesinter consideran que, a diferencia de otras crisis pasadas, la reciente corrección tenía una salida relativamente sencilla: “En 2020 se necesitaban vacunas por descubrir; en la crisis financiera, medidas excepcionales de políticas monetarias jamás vistas. Esta vez bastaba con voluntad política y sentarse a negocias un acuerdo que podía significar un win-win porque ambas partes estaban saliendo perjudicadas. El mercado lo ha entendido así”.
Además de la reacción de Wall Street, Gesinter observa otros síntomas positivos: “La revalorización del dólar refuerza la confianza en la economía estadounidense. Y si este acuerdo se consolida, es previsible que se estreche la brecha de comportamiento entre EE. UU. y Europa, con flujos de inversión retornando hacia el mercado americano”.
El acuerdo también tiene implicaciones para otras economías: “China, que ha sabido diversificar sus acuerdos comerciales durante esta etapa de tensión, es otra gran beneficiada. Su mercado de renta variable ofrece una interesante relación rentabilidad-riesgo en el medio plazo”, añade Torrella.
Gesinter seguirá monitorizando la evolución del acuerdo y su implementación concreta, pero lanza un mensaje claro a los inversores: “Cuando hay visibilidad y voluntad de entendimiento entre las grandes potencias, el mercado responde con fuerza. Y quienes supieron interpretar las señales técnicas ahora están viendo recompensada su anticipación”.