El impacto de las posibles fusiones bancarias en España ha reabierto el debate sobre la repercusión de estas operaciones en los ciudadanos españoles, más allá de las implicaciones regulatorias. Mientras una de las fusiones más actuales se encuentra ahora en proceso de consulta pública, el IV estudio ‘Percepción y hábitos de los españoles respecto al sector bancario’ llevado a cabo por Nickel, la cuenta que se abre en estancos y loterías, arroja una conclusión clara: la mayoría de los españoles percibe estas posibles fusiones con preocupación.
Cambio de condiciones y cierre de oficinas: las principales preocupaciones
Según el estudio, un 60,7% de los españoles teme que una fusión entre bancos derive en cambios en sus condiciones bancarias actuales.
“Los resultados del estudio reflejan una preocupación real: la gente teme quedarse sin acceso presencial a su banco, perder condiciones o no entender los cambios”, afirma Nerea Toña, CEO de Nickel en España. “Además, nuestro estudio pone de manifiesto la demanda de productos financieros transparentes y sencillos de entender. En Nickel apostamos por un modelo alternativo cercano, que se apoya en estancos y loterías para garantizar servicios presenciales en todo el territorio nacional.”.
Además, un 58,3% cree que podría provocar el cierre de sucursales y cajeros en su zona, un dato especialmente sensible para las poblaciones rurales.
Esta reducción de oficinas traería consigo una pérdida de acceso a servicios financieros presenciales, especialmente en determinadas zonas, lo que incrementa la sensación de malestar e incertidumbre entre los ciudadanos. Ante este contexto, están surgiendo modelos alternativos como Nickel que buscan mantener esta presencialidad, a través de estancos y loterías, que facilitan realizar las operaciones esenciales del día a día, como ingresar o retirar efectivo.
La posibilidad de un escenario de menor competencia también inquieta a muchos encuestados: el 36,2% afirma que le preocupa no poder elegir entre distintas opciones si se consolida un monopolio, mientras que un 35,3% expresa incertidumbre sobre la estabilidad de su banco y sus servicios actuales.
No se trata de una preocupación infundada. Algunas fusiones anteriores dejaron un escenario en el que se cerraron más de 1.500 oficinas en todo el país, obligando a muchos usuarios a desplazarse más lejos o recurrir a canales digitales. Un ejemplo claro fue Villanueva de Duero, un pueblo de Valladolid, que se quedó sin la única sucursal que tenían tras una fusión. Este tipo de situaciones hace que muchos españoles vean con recelo posibles nuevas fusiones que puedan dejar aún más zonas sin acceso presencial de sucursales.
Asimismo, la atención al cliente es otra de las grandes preocupaciones, especialmente la presencial, ya que el 33,4% considera que podría empeorar tras una fusión.
Los españoles notan el cambio: menos oficinas y más dudas con las condiciones
Estas preocupaciones son cada vez más evidentes. El 79,8 % de los encuestados afirma haber notado el cierre de oficinas o cajeros en su zona, y un 71,8 % ha tenido dificultades para acceder a servicios presenciales en el último año. A esto se suma que más de la mitad, el 52,2 %, considera que las condiciones bancarias son difíciles de entender, lo que alimenta el malestar ante posibles cambios no comunicados con claridad.