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Kiev y el suministro energético: una cuestión existencial

· Los prolongados ataques rusos a la infraestructura del país y el gap financiero imponen la necesidad de un mayor apoyo comunitario en la venidera fase de reconstrucción: ambos se beneficiarían del potencial estratégico

martes 01 de julio de 2025, 18:02h
Kiev y el suministro energético: una cuestión existencial
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Moscú, administrada con mano de hierro por Vladimir Putin, ha golpeado sistemáticamente la infraestructura energética del estado colindante desde la invasión a gran escala de febrero de 2022. Los estrategas rusos combinan lanzamientos de misiles y ataques con drones para ocasionar el máximo daño. Basándonos en información difundida por el centro de investigación estadounidense Study of War (es posible consultar el documento al enlace https://shorturl.at/MNjMF) los ataques se intensificaron en 2024 y y han continuado con periodicidad hasta mediados de 2025.

Desde el pasado enero la deflagración sistemática de cohetes y proyectiles de largo alcance han provocado cortes de electricidad en las grandes metrópolis ucranianas y en los asentamientos estratégicos. Las tropas de infantería también procuraron dañar gaseoductos que aseguraban el vital suministro. A finales de 2024, más del 50% del sistema eléctrico ucraniano resultaba destruido y totalmente perjudicado incluyendo el 70% de las centrales térmicas del país según información publicada por la International Energy Agency (IEA) (véase enlace https://shorturl.at/lcA6d). En diciembre Kiev garantizaba a sus ciudadanos luz sólo durante el 60% de las horas diarias. Entonces Ucrania no pudo compensar el déficit por las restricciones a la importación en virtud de los acuerdos firmados con los miembros del sistema comunitario.

Pese a que el Kremlin acordó suspender los ataques contra objetivos estratégicos durante treinta días a mediados de marzo, las incursiones de aviones y vehículos aéreos no tripulados se han mantenido. El 1 de abril un masivo bombardeo contra la infraestructura de Jersón dejó sin electricidad a unos 45 mil residentes. Un claro ejemplo de la reticencia de Moscú a cumplir los términos del acuerdo.

Según cálculos aproximativos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la denominada “operación especial” por el autócrata petersburgués ha tenido un impacto devastador en la economía ucraniana. El perjuicio directo ascendería a 176 mil millones de dólares entre 2022 y 2024, con un aumento del 15,5% respecto al periodo entre 2022 y 2023. En particular, el sector energético ha padecido daños relevantes por una cuantía aproximada de 20.500 millones de dólares hasta enero de 2025. Una cifra que representa casi el 11% del daño total infligido a la economía ucraniana. En 2024 la infraestructura eléctrica ha experimentado un aumento del 93% de las averías intencionadas siendo la provincia de Kiev la más dañada junto a Zaporiyia, Donetsk y Luhansk.

Los asesores económicos de Volodimir Zelensky calculan que durante la próxima década el sector energético requerirá de una inyección monetaria de casi 77 mil millones de dólares para asegurar su recuperación total. La mayor parte de esta financiación se destinará a la vertiente eléctrica (53.700 millones), al reforzamiento del transporte gasístico (3 mil millones) y al suministro de crudo (4 mil millones). Cifras similares a las valoradas por el analista Rob Seager de la consultora americana Guggenheim Partners: “La situación puede derivar en un punto de no retorno si no se logran detener los ataques rusos”.

No cabe duda de que el sector energético ucraniano se enfrenta a una importante carencia financiera. Los sustanciales compromisos de la Unión Europea (UE), que garantizó 2 mil millones de dólares para reforzar la seguridad desde el inicio de la avanzada castrense rusa, representan medidas paliativas. El Fondo de Apoyo a la Energía y los Mecanismos de Protección Civil de la Unión distan de ser suficientes cubriendo una mínima parte de las necesidades energéticas del país de cara al futuro. Durante la reunión del comité directivo de la Plataforma de Coordinación de Donantes para Ucrania, mecanismo que facilita la colaboración entre entidades financieras y organizaciones internacionales, que tuvo lugar a mediados de abril se pactó enviar 10 mil millones de dólares para apuntalar los esfuerzos de recuperación. Una suma irrisoria, pero este apoyo podría favorecer una integración más estrecha entre la UE y Ucrania.

Invertir en la recuperación y modernización del sector energético ucraniano podría beneficiar a ambos. Según el experto en cooperación internacional Gianmattia Lobina, residente en Kiev y director de Crecimiento Global para DT Global, “unas sinergias operativas contribuirían a promover la seguridad energética regional, acelerar los objetivos de descarbonización y fortalecer la integración económica de Ucrania en el sistema comunitario”.

Los líderes de la UE han tomado medidas importantes para agilizar la integración de los sectores eléctricos y gasísticos de la ex república soviética. Se destinaron 156 millones con el objetivo de fomentar la explotación de energías renovables y el citado Fondo de Apoyo a la Energía de Ucrania, que integra a la UE y otros 30 donantes, deliberó inyectar 1000 millones de euros para apoyar el sector a principios de 2025. Pero los márgenes de maniobra para reducir el déficit son mucho más amplios. Cabe recordar que Kiev podría jugar un rol crucial en el apoyo a la seguridad energética y al desarrollo económico de la UE al ofrecer alternativas únicas de colaboración.

Ucrania posee las segundas reservas de gas natural (1,1 billones de metros cúbicos estimando a la baja) y es el segundo mayor productor de Europa. Con una inversión adecuada el país estaría en condición de duplicar o triplicar su producción y aminorar la excesiva dependencia comunitaria de las importaciones rusas y estadounidenses. Además, los 27 podrían explotar el sistema de almacenamiento ucraniano que recientemente logró certificación europea y tiene una capacidad de 30 mil millones de metros cúbicos.

Las energías renovables como la eólica marina, terrestre y la solar se encuentran totalmente inexplotadas. El país contribuiría a alcanzar el requerido objetivo de descarbonización total antes de 2050 reduciendo sustancialmente la dependencia de los combustibles fósiles rusos. Zelensky ha querido facilitar el acercamiento eliminando los impuestos sobre tecnologías renovables con el objetivo de allanar inversiones comunitarias.

También el factor hidrógeno adquiere una especial relevancia siendo capaz Ucrania de producir 44 millones de toneladas. En enero de 2025 el operador local GTS y varias organizaciones internacionales firmaron un memorando para crear una vía de suministro directa hacia la UE. Los principales beneficiaros serían países que gravitan en la órbita soviética como Eslovaquia, República Checa y quienes optaron malogradamente por entregarse a la dependencia rusa como Austria y Alemania.

Last but not least, la modernización de la infraestructura de la red eléctrica ucraniana conduciría a una producción más eficiente y a un mayor intercambio de recursos. Además dificultaría o casi anularía déficits de suministro como el que ocasionó el apagón general de España el 28 de abril, un precedente histórico que ha evidenciado la inquietante vulnerabilidad del país.

Pero todo esto será bastante más viable al finalizar la terrible guerra que ha provocado casi un millón de bajas entre la población rusa. Una cifra espeluznante que de momento no altera la hoja de ruta de un Putin que intenta silenciar el descontento interno ofreciendo suculentos contratos a quienes optan por alistarse y convertirse en carne de cañón (se aconseja la lectura del interesante reportaje publicado por The Economist al enlace https://shorturl.at/6qFkj).

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