“Desde el principio tuvimos claro que debíamos ofrecer un producto funcional, resistente y accesible para todos. Nuestro objetivo ha sido ser una empresa líder en el mercado popular de plásticos a nivel nacional”, señala Fidel Asto Barra.
Compromiso con el medio ambiente: bolsas biodegradables y reutilizables
En línea con las tendencias globales de sostenibilidad, Fideplast Asto SAC ha lanzado recientemente una nueva línea de bolsas biodegradables y reutilizables. Esta iniciativa responde al creciente interés de consumidores y autoridades por reducir el impacto ambiental del plástico convencional.
La empresa ha invertido en maquinaria de última generación y en capacitación de su personal para implementar procesos de producción ecoeficiente. “Nuestro reto es adaptarnos sin perder calidad ni eficiencia”, destaca Asto Barra.
Gracias a esta apuesta, Fideplast también se ha posicionado como proveedor confiable para cadenas comerciales que buscan soluciones más responsables con el ambiente.
Transformación digital y fortalecimiento del canal mayorista
Como parte de su estrategia de crecimiento, Fidel Asto ha apostado por la transformación digital de la empresa mediante el desarrollo de una plataforma de comercio electrónico.
“Esta herramienta permitirá a los clientes cotizar y adquirir productos en grandes volúmenes con mayor agilidad y trazabilidad. Además, la empresa ha establecido alianzas con distribuidores regionales en ciudades como Arequipa, Trujillo, Chiclayo, Ica y Huancayo, reforzando su presencia en el interior del país. Queremos acercar nuestro producto a cada rincón del Perú. El canal digital nos permitirá escalar a otro nivel”, afirma Asto.
Asto representa una nueva generación de industriales con visión nacional.
Desde una empresa construida desde cero, ha logrado combinar liderazgo, responsabilidad social y sostenibilidad.
Actualmente, Fidel Asto Barra trabaja en nuevos retos como la obtención de certificaciones de calidad, la digitalización de procesos internos y la expansión hacia mercados internacionales como Bolivia y Ecuador.
El camino recorrido es un testimonio del potencial del emprendimiento peruano para generar impacto real, apostando por la mejora continua y el desarrollo del país.